La periodista, tertuliana y polemista Elisa Beni ajusta cuentas con Eduardo Zaplana precisamente cuando éste agota sus últimos días en la cárcel esperando al muerte. Y aprovecha para pasar factura por antiguos conflictos que mantuvieron en el pasado.
Beni dice que ella es "una damnificada de Zaplana" por algo que ocurrió hace diez años y pide su excarcelación de una manera sorprendente en un artículo con razonamientos que nada tienen que ver con la petición de Jose Maria Aznar, quien ha pedido la libertad de su antiguo ministros por razones humanitarias.
Y lo explica así: "fue uno de los padres de las teorías conspiratorias del 11M. Miren que me gusta poco hablar en primera persona, pero en este caso me parece pertinente (...). Él, y otras, se ocuparon de cobrarse pieza en mí. Una patada en mi culo que iba dirigida a quien no podían alcanzar, en una represalia totalmente política y desprovista de cualquier justificación profesional".
El despido de Beni como jefa de prensa hace diez años
Beni recuerda cuando hace diez años ella era jefa de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y escribió un libro sobre la sentencia del juicio de los atentados del 11-M titulado La soledad del juzgador. El protagonista era su entonces marido, el juez Javier Gómez Bermúdez, ponente de aquella sentencia.
A raíz de la polémica generada el CGPJ decidió el cese de Beni por "pérdida de confianza" por cuatro votos a favor y una abstención. Y Beni está segura de que detrás de todo estaba el PP, que no pudo vengarse de Gómez Bermúdez pero sí de ella.
Y aunque Beni sostiene que los hechos pertenecen al casado, aún le sangra por la herida. Y dice ahora que Zaplana, "siendo un preso preventivo, es de peor clase que un condenado. Ningún juez de Vigilancia Penitenciaria le mantendría en prisión en estas condiciones".
Y añade: "Eduardo Zaplana debe ser excarcelado por motivos humanitarios sea cual sea su participación en la corrupción o sea cual sea su estela de altanería y prepotencia. No es sólo por él, es por todos nosotros. La crueldad, la ceguera, la falta de apoyo en la ciencia, la prepotencia del que tiene la sartén por el mango no engrandecen el Estado de Derecho sino que contribuyen a enfangarlo".