Sólo 39.000 usuarios se han descargado la aplicación móvil del Consell per la República, presentada por la entidad este pasado mes de julio.
Así lo registra la web de monitorización de aplicaciones Sensotower, mostrando así el brutal batacazo que se han llevado los de Puigdemont, que esperaban una gran acogida de su app gratuita, tal y como afirmaron en su lanzamiento. (Hecha la ley, hecha la trampa: ¿Por qué Diada si y reuniones de más de 10 personas no?)
Y es que esos 39.000 usuarios representan menos de la mitad de los 91.189 inscritos en en Consell per la República creado por el ex president fugado Puigdemont.
Según los datos registrados, 30.000 de esas descargas se han producido a través de Google Play, y el resto, a través de la App Store de los usuarios de Iphone o Ipad, que considera esta aplicación dentro de la categoría de "redes sociales".
También ha sido inesperadamente bajo el número de comentarios que ha recibido la app, poco más de 300 en total (164 en Google Play, y 169 en el servicio Apple).
Una demostración de que los seguidores del expresident, a pesar de ser afines a sus ideales políticos, tienen otras preocupaciones en mente, más allá del independentismo teórico del fugado de Waterloo. (Ada Colau está más preocupada por el futuro de Messi que por el coronavirus, los okupas y la delincuencia en Barcelona)
Los independentistas defienden los resultados de la app
A pesar de que el número es muy bajo, desde las líneas independentistas aseguran que tener 39.000 usuarios de la app en menos de dos meses es un absoluto "éxito político".
Y es que los seguidores del de Waterloo, lejos de comparar las descargas con los afiliados al Consell (que pagan 10 euros por la suscripción a la ideología de Puigdemont), comparan las descargas de su app con las de la ANC. (La ANC se ha vuelto a superar: ¡¡Fuera españoles de las universidades catalanas!!)
Según esta comparativa, los seguidores de Puigdemont son mucho más fieles y activos que los de la asociación de Elisenda Paluzie, cuya app sólo ha conseguido 10.000 descargas; un número muy pequeño, en comparación a los 45.000 socios de la Assamblea.