Los rebrotes de coronavirus que se han producido en las últimas semanas en todo el territorio español han vuelto a poner en el punto de mira al sector turístico.
Y es que las compañías del mundo del turismo y la hostelería han mostrado su preocupación ante estos rebrotes, y las consecuencias que se están empezando a notar: múltiples cancelaciones de reservas, agravadas a raíz de la obligatoriedad de las mascarillas impuestas por los gobiernos de varias comunidades autónomas. (¡¡Alerta máxima en las playas!! Interior eleva el nivel de riesgo terrorista en las zonas turísticas)
El uso de las mascarillas, de forma obligatoria, en la calle, piscinas y playas, está provocando que muchos turistas decidan cancelar sus reservas en las zonas costeras de España; en especial, Cataluña, País Vasco, Murcia, Andalucía o Baleares.
Una situación que ha provocado que el sector hotelero esté contra las cuerdas, teniendo una tasa de ocupación que no asciende del 40%. Es el caso de la Costa del Sol, con una tasa de ocupación de un 36% de media en julio, y un 42% en agosto. (¡¡El objetivo era cargarse la Sagrada Familia de Barcelona!!)
Tal es la amenaza, tanto de rebrote como de pérdidas, que muchos propietarios de pequeños hoteles de Levante y la Costa del Sol se planteen cerrar sus instalaciones a partir de agosto, ante la incertidumbre y el temor a la quiebra.
Cierres y despidos en hostelería
"Los rebrotes de coronavirus son como una carga de dinamita: automáticamente desaparecen los pocos clientes que tenemos" ha afirmado Jose Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, a OKDiario.
El sector, que supone el 6% del PIB nacional, da prácticamente por perdida la temporada de verano, y avisa: si la situación se mantiene, aumentan los rebrotes, y se endurecen las medidas sanitarias, el sector no lo resistirá. (Este es el mapa de los brotes de Covid-19: Cataluña y Aragón van a peor)
En concreto, el presidente hostelero ha afirmado que se producirá una oleada de cierres, despidos y cancelaciones que superará con creces las expectativas publicadas a mediados de abril, que contemplaban el cierre definitivo de 40.000 bares y restaurantes, y la destrucción de más de 200.000 empleos.