Los radicales independentistas quieren aprovechar la trascendencia mediática del clásico (se calcula que 650 millones de personas lo verán por TV) para cometer una nueva acción violenta.
Con el ‘Tsunami Terrorista’ a la cabeza, los separatistas quieren reventar el FC Barcelona-Real Madrid del próximo 18 de diciembre.
El Tsunami han convocado una protesta para el día del clásico y presume de contar con más de 10.000 inscritos con acceso al campo para intentar que el partido de LaLiga entre Barça y Madrid no se pueda jugar.
Los objetivos del ‘Tsunami Terrorista’
Para llevar a cabo su cometido de reventar el clásico, los radicales separatistas se han propuesto bloquear el autocar del Real Madrid e impedir su llegada al Camp Nou cortando calles y bloqueando la libre circulación, su especialidad.
También pretenden cortar la señal de televisión (saboteando el sistema eléctrico del Camp Nou), mostrar las habituales pancartas separatistas en el campo y que salten espontáneos al terreno de juego durante el partido.
Buscan socios radicales
Para ello, el Tsunami busca socios del Barça que se presten a reventar el clásico desde dentro.
“Recordad que nos podéis confirmar vuestra asistencia a través de la APP (aplicación destinada a tabletas o teléfonos). Aquellas personas que disponéis de una entrada para el partido, nos podéis escribir un mensaje una vez hayáis confirmado la asistencia”, comunican desde ‘Tsunami Democrátic’ a través de las redes sociales.
El caballo de Troya
Se trata de una estrategia basada en el caballo de Troya para llevar a cabo una acción dentro del estadio que sea indetectable para las fuerzas seguridad. Y en base a la táctica del Caballo de Troya buscar el factor sorpresa cuando ya sea imposible combatirlo.
Es imposible detectar la ideología de los socios del FC Barcelona, por lo que los que sean independentistas violentos podrán esparcirse por las gradas del Camp Nou y ejecutar la acción cuando reciban el aviso de los dirigentes del Tsunami.
El ‘Tsunami Terrorista’ se ha convertido en un arma moderna para movilizar a los violentos independentistas sin que sean detectados por la policía.