Mariló Montero está pasando uno de sus momentos mas difíciles tanto a nivel personal como profesional: y es que, a pesar de ser consciente de que es un personaje público y que, por tanto, su vida privada a veces puede ser publicada en las noticias por ser de interés para la ciudadanía, hay periodistas que han decidido sobrepasar los límites de su derecho a la intimidad y derecho al honor.
Así pues, recientemente, la Justicia daba la razón a la presentadora, que denunciaba a los paparazzi Diego Arrabal y Gustavo González por haberle hecho fotos en un espacio privado durante sus vacaciones en Maldivas y en Bora-Bora, así como haber hecho suposiciones sobre la orientación sexual de la periodista.
Sin embargo, ahora la periodista tiene que enfrentarse nuevamente a la prensa del corazón... pero esta vez, la situación es mucho más grave: no es solo que en las fotografías en las que se asegura que es la periodista son falsas, sino que están destinadas a intentar 'hundirla' como venganza política.
'Venganza' independentista contra la ex de Herrera
"Esta mujer semidesnuda en una playa con la que ilustráis, con pie de foto incluido, la noticia [..] NO SOY YO. Ejemplo de lo que parece una cuestión nimia y la demostración, con hechos una vez más, del tremendo perjuicio profesional, personal, emocional, de dignidad, respeto, honor, reputación... que causan" ha denunciado la periodista en sus redes sociales, compartiendo 'pantallazos' de la noticia en cuestión.
Una noticia publicada por el digital independentista 'ElNacional.cat', el cual habría utilizado esas fotografías, que no tienen nada que ver con la periodista, para llevar a cabo una "venganza" del medio contra la ex pareja de Montero.
Y es que la prensa independentista parece no haber olvidado aún que la presentadora fue pareja, durante muchos años, del célebre Carlos Herrera, quien se ha convertido en los últimos años en el gran azote del independentismo desde su micrófono en COPE.
Una 'guerra abierta' contra el locutor en la que la prensa secesionista habría buscado hundir la imagen de Mariló Montero para hacer daño a Herrera, volviendo a hacer el mayor de los ridículos en el intento, y arriesgándose ahora a ser condenados por la Justicia por una intromisión en el derecho al honor de la periodista.