Este viernes, Samuel Paty, profesor de Historia en París, era brutalmente decapitado por Abdulak Abuezidovic, un joven checheno seguidor del Estado Islámico y radicalizado por el yihadismo radical.
Al mismo tiempo que este terrible atentado sucedía en la capital francesa, España volvía a ser víctima de mensajes amenazadores del Daesh a través de las redes sociales.
"Les daremos a los enemigos como truenos de fuego y les daremos con el sable a los que desafían".
Es uno de los mensajes incluidos en el cántico de guerra difundido por la Fundación Adnaj del Estado Islámico, bajo el título "Andaluzia especial".
Con subtítulos en casellano, los terroristas islámicos dejan clara su intención: la de luchar por "despertar a occidente desde oriente", sin temer las consecuencias.
"Ni el sable ni el león se van a retirar" aseguran, dejando claro que no temen a morir por una causa que sólo les otorgara "gloria y poderío".
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El coronavirus no frena el terrorismo islámico
A pesar de que en los últimos meses no se ha tenido constancia de atentados terroristas, los yihadistas han llegado a atentar dos veces en Paris en menos de cuatro semanas.
En España, han sido detenidos varios seguidores de Al Qaeda, que buscaban la manera de crear células durmientes, así como de seducir a mujeres en riesgo de exclusión, para convertirlas en madres y,así, conseguir jóvenes aleccionados en el yihadismo, pero con pasaporte español.
Acciones que demuestran que el yihadismo no ha quedado "afectado" por el Covid-19, sino que está más preparado que nunca para sembrar el caos y el terror en el territorio perdido de 'Al-Andalus'.