El supremacismo indepe llega a las universidades y destroza la carrera de los estudiantes

Una vez más, el Gobierno catalán se salta la normativa educativa española para garantizar su supremacismo.

El supremacismo indepe llega a las universidades y destroza la carrera de los estudiantes
El supremacismo indepe llega a las universidades y destroza la carrera de los estudiantes

Debido al coronavirus, este año ha sido excepcionalmente difícil para los estudiantes de bachillerato, que debían presentarse a la Selectividad a comienzos de este verano.

Una dificultad añadida al uso de mascarillas, y la distancia de seguridad, que sin embargo, ha sido superada con éxito por los miles de estudiantes preuniversitarios de España. (La Audiencia de Gerona sí sale al rescate de la presa golpista Dolors Bassa)

Sin embargo, ahora los estudiantes de bachillerato de Cataluña deben enfrentarse a una nueva prueba: la negligencia y el nacionalismo que reina en la Generalitat, máxima responsable de la Educación pública catalana.

Así pues, pese a que la Ley vigente dictamina que los resultados de las pruebas de bachillerato debían publicarse el 17 de julio, la Generalitat ha afirmado que en Cataluña no se publicarán hasta el 27 de julio.

Una diferencia de diez días que ha impedido que los estudiantes catalanes no puedan matricularse en universidades fuera de Cataluña, ya que el plazo de preinscripción ha acabado el 21 de julio, días antes de conocer los resultados de la prueba. (Los 'adorables vecinos' de Cataluña no le pedirán huevos y sal a Torra y compañía)

Y todo ello, con un solo motivo: mantener a los estudiantes catalanes dentro de la comunidad autónoma, ya que en los últimos años se ha registrado una caída muy notable de matriculaciones en la comunidad autónoma, tanto provenientes de otras comunidades como del ámbito internacional.

La Generalitat contra los estudiantes

Así, una vez más, la Generalitat de Cataluña ha priorizado sus intereses nacionalistas y secesionistas a los intereses y necesidades de sus ciudadanos.

Y esta vez, además, con el agravante de que ha cortado las libertades y derechos de sus estudiantes, ya que les ha impedido ejercer su derecho a escoger dónde estudiar. Una limitación del derecho a elegir universidad, y a la libre enseñanza, que discrimina a los estudiantes catalanes ante otros alumnos preuniversitarios.

De esta manera, además, la Generalitat catalana llega a la esfera de las universidades, ya no sólo como movimiento político estudiantil, sino como manipulador del del destino de sus estudiantes. (El gran secreto de los pasajes ocultos del libro de Puigdemont avergüenza a España)

Algo muy semejante a lo que ya hacen en las escuelas públicas, donde dictaminan que el contenido estudiado sea de carácter independentista, y que el catalán sea la lengua vehicular para los estudiantes, limitando así sus posibilidades de escoger una enseñanza pública e igualitaria nacional.