Carles Puigdemont ha tratado de eliminarlo de sus referencias briográficas, pero la realidad le persigue. Y Dolça Catalunya se ha encargado de recordarnos a todos uno de los secretos mejor guardados del fugitivo al que persigue la justicia española para juzgar sus delitos, que no fueron pocos durante el intento de golpe de estado en Cataluña en 2017.
A los independentistas les gusta que les mientan y les roben
El abuelo de Puigdemont escapó durante la guerra civil de la Cataluña de Companys refugiándose en Francia. Luego se instaló en 1938, antes de acabar la guerra, en un pueblo de Cádiz llamado Benaocaz y su futuro se despejó cuando una concesión del Generalísimo les dio acceso a un estanco, uno de los negocios más rentables de la época.
Había que ser muy franquista para acceder a un estanco
Dolça Catalunya recuerda que no era fácil acceder a un estanco después de la guerra española, y cita una ley promulgada por Franco el 22 de julio de 1939 que regulaba la concesión de estancos:
La Eurocámara mete a Puigdemont en su mayor marrón: ¿Extraditado a España?
“La concesión de Administraciones de Loterías y de Expendedurías de productos monopolizados constituye uno de los medios adecuados para cumplir el deber de amparar a los que han luchado en los campos de batalla o sufrido más directamente las consecuencias de la guerra y de la barbarie enemiga. Es misión propia del Estado remediar así en lo posible las inevitables desigualdades producidas entre los españoles por dichas causas, procurando que aquellos a quienes éstas afectaron con mayor intensidad, muchas veces por ser los que de modo más entusiasta y activo se unieron al Movimiento Nacional, no carezcan de los recursos necesarios para su sostenimiento (…)
Tendrán derecho de preferencia a las Administraciones de Loterías y Expendedurías de la Compañía Arrendataria de Tabacos, las viudas y huérfanas solteras de los fallecidos en el frente de batalla o a consecuencia de heridas recibidas en el mismo; de los asesinados bajo la dominación marxista por su adhesión a la Causa Nacional; o de los que prestaron al Movimiento relevantes servicios. Esta prelación se entenderá sin perjuicio de los derechos que puedan corresponder a los Mutilados de Guerra por la Patria, con arreglo a lo prevenido en el Reglamento de dicho Benemérito Cuerpo, aprobado por Decreto de 5 de abril de 1938″.
Queda claro que en aquella época había que ser muy adicto al régimen para poder disfrutar del privilegio de regentar un estanco. Y a día de hoy, en Amer, el pueblo de Puigdemont, su familia sigue regentando el negocio luciendo la bandera de España en su fachada.
La pela es la pela.