El Mundial de Qatar pasará a la historia por muchas cosas pero, especialmente, por la cantidad de favores arbitrales que la Argentina de Messi fue recibiendo en cada partido, especialmente en forma de penaltis, para poder alzarse con el título final.
Todo parecía inclinarse para que Messi ganara este Mundial. El arbitraje de la final fue una vergüenza, con un penalti regalado, con varias expulsiones perdonadas a los sudamericano y, en definitiva, todo soplaba a favor del ex del Barça para que pudiera marcharse con este título.
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El remate de la vergüenza llegó incluso después del partido. Y es que la FIFA decidió quitarle a Mbappé el Balón de Oro del Mundial pese a sus actuaciones decisivas durante el torneo, incluyendo la misma final, para dárselo a un ‘tira-penaltis’ como Messi. Vivió de eso durante todo el campeonato y le nombraron el mejor jugador por tan ridículo detalle. Una farsa en toda regla.
La final del Mundial dejó patente que Mbappé fue mejor y más decisivo que Messi, sin embargo, la FIFA tenía guardado este regalito para el ex del Barcelona. No había forma más vergonzosa de ponerle el broche final a este polémico torneo.
Modric, por segunda vez consecutiva, consigue otro premio individual en un Mundial
Después de Messi y de Mbappé, oro y plata, respectivamente, Modric fue nombrado como el Balón de bronce del campeonato. El jugador del Real Madrid, con 37 años, lideró a una selección humilde, la croata, y la llevó al tercer puesto del campeonato. Todo un hito para Luka.
Además, se trata de la segunda vez consecutiva que el centrocampista de Zadar recibe un premio individual en una Copa del Mundo. En el Mundial de Rusia de 2018 fue nombrado Balón de Oro del campeonato pese al perder la final contra Francia y ahora se ha hecho con este nuevo galardón que le coloca en el tercer escalón del panorama mundial.
Sin duda, un enorme éxito para el futbolista del Real Madrid sabiendo perfectamente el nivel de su selección, que es inferior a Francia y Argentina e incluso a la mayoría de selecciones que han llegado a las ronda finales. Por tanto, esto pone en valor la figura de Modric y el gran potencial y talento que tiene este jugador de ya 37 años.
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Está claro que su huella será imborrable en el mundo del fútbol y se despide de su último Mundial a lo grande con la cabeza alta y haciendo historia con su país. Su figura en este deporte será eterna y tendremos la suerte de decir que nosotros le hemos podido ver jugar y que le hemos disfrutado en el mejor club del mundo. Su legado es tan grande que todos los equipos, todas las selecciones, y en general, todos los rivales echarán de menos su presencia sobre un terreno de juego.