Hace unos meses entraba a gobernar el primer Gobierno español consolidado con una coalición entre dos partidos que, a pesar de firmar juntos, poco tienen que ver el uno con el otro: PSOE y Podemos.
Pese a que desde los inicios se intuían brechas que podían significar el fin de la coalición, los líderes de ambas formaciones se mostraron siempre unidos ante la adversidad del día a día de la política española.
Sin embargo, la crisis económica, política y sanitaria producida por el coronavirus ha hecho mella en la coalición, y los dos aliados de Gobierno están más separados que nunca.
Esta división, unida a las constantes críticas que ha recibido el socialista ante su gestión del COVID-19, han llevado a muchos a plantearse el futuro que depara a Pedro Sánchez al frente del Gobierno español.
Y el futuro para el socialista no es rojo PSOE, sino muy muy negro.
Pactos de Moncloa, la única solución
Parece que la unión entre PSOE y Podemos, además de estar muy debilitada, no convence a la Unión Europea, cuyas principales voces critican la anomalía ideológica de ambas formaciones unidas en Europa.
Y es que más tranquilidad traería a Europa, y consiguientemente, más facilidades para España en la crisis económica, que Pedro Sánchez acudiese al ente supranacional de la mano de Pablo Casado, formando una unión centrista frente a los extremismos de Podemos y Vox.
Esta podría ser la vía contemplada por varios dirigentes autonómicos del PSOE, así como de leyendas del partido como Felipe González, que ya se ha posicionado a favor de esta posibilidad.
Un gran Pacto de Estado entre los partidos mayoritarios, que deseche las vías populistas, y que concentre los esfuerzos políticos en sacar a la nación del pozo económico y social al que parece abocado. (Sanidad adjudica al menos 14 contratos en el BOE a empresas sin dirección. ¡¡Menudo cachondeo!!)
Una unión sin siglas, aunque primordiando el liderazgo socialista; es la idea que ha empezado a fraguarse dentro de las líneas socialistas, que no descartan a Sánchez como candidato, pero que también apuestan por un perfil distinto: el de un gestor conocedor de Europa, con conocimientos económicos, y con poco arraigo ideológico.
Y el nombre sale solo: Nadia Calviño podría ser la "Ana Pastor" socialista, con un perfil que lograse unificar a todos los líderes políticos actuales en un esfuerzo común a través de la Moncloa.