Pedro Sánchez centraba su campaña electoral, en 2019, en la promesa a toda la ciudadanía española de que el socialismo sanchista no pactaría, de cara a formar gobierno, con aquellos que quisieran romper España, es decir, los nacionalistas vascos o catalanes; también prometía no hacerlo con los podemitas, asegurando que no "podría dormir" sabiendo que sería el responsable de meter a Pablo Iglesias en el Ejecutivo nacional.
Dos años han pasado, y el presidente socialista ha demostrado dormir plácidamente, aún a sabiendas de tener en el Gobierno a la formación morada, así como de la dependencia que su Ejecutivo tiene de los votos de los nacionalistas vascos y catalanes.
Algo que le ha llevado a minimizar los continuos desafíos de los independentistas catalanes al Estado español, e incluso, a conceder más competencias a los gobiernos regionales de País Vasco y Cataluña, así como indultos a los presos del procés y el deseado acercamiento de los etarras a cárceles vascas.
Sin embargo, la mano abierta de Sánchez al diálogo no está disponible para todas las fuerzas políticas, habiéndose ya demostrado la imposible negociación con el PP... y el deseo de eliminar de las encuestas al partido dirigido por Santiago Abascal.
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Tal es así, que la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, ha aprovechado la Convención Nacional del Partido Popular para pedir públicamente a su líder, Pablo Casado, que haga un "cordón sanitario" contra Vox.
"Ahora que el PP celebra su convención, es un buen momento para que haga un cordón sanitario y deje de subcontratar propuestas a Vox. Hacer un cordón sanitario es necesario porque Vox pone en riesgo las instituciones del país y la propia democracia" ha asegurado.
Evitando conflictos incómodos en el Ejecutivo
Sin embargo, mientras Lastra criticaba la cercanía entre el Partido Popular y la 'ultraderecha' de Santiago Abascal, la vicesecretaria socialista evitaba hacer autocrítica, rechazando valorar la complicada situación que atraviesa su partido con sus socios de coalición.
Así pues, Lastra ha evitado valorar la detención de este jueves de Carles Puigdemont, alegando únicamente que el PSOE "no valora resoluciones judiciales", evitando así responder si desde el Ejecutivo se plantean ya un indulto para el fugado del Waterloo, de ser extraditado finalmente a España.
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Tampoco ha valorado la posibilidad de llegar a una "gran coalición" con el PP, la cual rechazaron en su momento, a pesar de que sí ha valorado positivamente los resultados de los socialdemócratas en Alemania, los cuales han sido posibles gracias a su coalición con Angela Merkel.
En concreto, la socialista ha explicado que su partido no podría llegar " a un gran pacto con una fuerza como el PP [..] corroída por la corrupción", volviendo a ignorar, no sólo el éxito de esta coalición en Alemania, sino también la propia corrupción que ha salpicado al PSOE, volviendo a hacer crítica únicamente de cara a hundir a la oposición, evitando cualquier mancha mediática hacia el Gobierno y sus socios rupturistas.