Las decisiones de Zinedine Zidane en los últimos partidos del Real Madrid han puesto en entredicho la política de fichajes que el club blanco viene llevando a cabo desde hace varios años.
La entidad ha apostado desde hace más de un lustro por fichar a jugadores de edades tempranas con buenas condiciones para moldearlos y convertirlos en los mejores jugadores del mundo. Pero no está funcionando de la manera prevista.
Disgusto en el Real Madrid: Zinedine Zidane ha caído en la trampa del vestuario
Zinedine Zidane es el máximo responsable del área deportiva, y el entrenador francés va contra corriente en este aspecto. Y es que para Zizou no están contando varios de los futbolistas que deberían formar parte de ese proyecto de futuro.
Jugadores como por ejemplo Martin Odegaard o Vinicius Jr., que se han visto relegados al ostracismo, disputando solo los minutos de la basura. O el propio Fede Valverde, un hombre que cuajó una temporada excelente el curso pasado y que poco a poco ha ido perdiendo minutos de juego sin que nadie entienda muy bien por qué.
¿En qué piensa Zinedine Zidane?
El madridismo se pregunta en qué está pensando Zinedine Zidane cuando decide dar entrada en el campo a un jugador como Isco antes que a Odegaard o a Vinicius Jr. Esto fue lo que sucedió en Pamplona.
El futbolista malagueño fue tendencia en las redes sociales por su mal estado de forma y por el hecho de que Zidane haya vuelto a apostar por él en lugar de dar más oportunidades a los jóvenes.
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Fueron varios los que pusieron incluso el ejemplo del FC Barcelona, que ya se ha puesto a dos puntos del Real Madrid en la clasificación liguera en uno de sus peores arranques de temporada en muchos años. "Por lo menos están apostando por los jóvenes", aseguraban varios usuarios en las redes. ¿Por qué no hace lo mismo Zidane?
La cúpula madridista le exige resultados, pero ya que no los consigue con los veteranos la exigencia, dada la política de fichajes que se ha llevado en estos años, debería ser que si hay que perder, se pierda dando minutos y experiencia a los jugadores más jóvenes para que, en uno o dos años, podamos hablar de ellos como futbolistas ya consagrados. Si están en el banquillo, nunca obtendrán lo que necesitan para ser importantes.