El año del Mónaco no podría ser peor, a nivel deportivo y extradeportivo. Un año para el olvido que va acumulando turbulentos episodios que cada día hacen la bola más grande.
El último, la detención de su presidente, Dmitri Rybolovlev, por estar acusado de "corrupción" y "tráfico de influencias", según recoge el diario 'Le Monde'. La detención se produjo este martes y juntó al presidente se detuvieron a otras personas de las que no ha trascendido su identidad.
Además, también registraron el domicilio de Rybolovlev en busca de pruebas que esclarezcan el caso por el que se le investiga. Un caso que lleva un año abierto y ya ha sido bautizado como 'Monacogate'.
Según el propio 'Le Monde', el empresario ruso habria recurrido a una abogada, también rusa, para hacer un intento de soborno a los jueces de Mónaco a través de viajes y regalos para así ganar favores.
Todos los implicados han negado las irregularidades de las que se les acusa, y los abogados de Rybolovlev han pedido que se respete su presunción de inocencia a la espera de que se aclare el caso.
El club se vio ayer salpicado también por 'Football Leaks' tras publicar que utilizaron un montaje financiero, con sociedades domiciliadas en paraísos fiscales, para encubrir inyecciones de dinero de Rybolovlev sin infringir el equilibrio financiero que impone la UEFA, algo que les permitió beneficiarse de millones de euros.
Un desastre a nivel deportivo
La detención de su presidente se produjo horas antes que el equipo saliese vapuleado por el Brujas en su propia casa. Un contundente 0-4 para el conjunto de un Henry que no logra dar con la tecla para salir de la profunda crisis del club.
En la Ligue 1 son colistas con 7 puntos y no ganan un partido desde el pasado 11 de agosto, hace más de 3 meses. En el grupo de Champions, que comparten con Atlético de Madrid, Borussia Dortmund y el propio Brujas, también ocupan la última plaza con apenas un punto logrado.