Si el Real Madrid dejó una victoria en El Sadar que puede valer la Liga, ante el Celta de Vigo cayó derrotado en un partido de esos de ‘tirarla’. (El Real Madrid, dispuesto a cometer una locura (y no es por Mbappé): ¡¡215 millones de euros!!).
El equipo merengue empezó con mala concentración y rápidamente fue castigado por Smolov. El conjunto vigués jugaba con el crono y el tiempo era oro para ellos con el 0-1. Al Madrid le tocó apretar los dientes y se encomendó a un gran Hazard.
El belga no pareció estar fuera de combate en 81 días y apenas dio síntomas de fragilidad. Se vio a una de sus mejores versiones sobre el césped y el Real Madrid, agarrado a ello, le dio la vuelta al marcador al regresar del tiempo de descanso.
Primero Kroos y luego Sergio Ramos, en un penalti forzado por Eden, pusieron el 2-1. Pudo caer el 3-1, pero el Madrid perdonó, y en el 85’ el Celta encontró petróleo por medio de Santi Mina. El cuadro gallego ponía el 2-2 y obligaba a que el Madrid se volcase en busca del gol del triunfo.
En el 92’ con una realización antimadridista como de costumbre apenas vimos si era penalti a Sergio Ramos. El sevillano quedaba trastabillado con Olaza en una jugada muy gris y que pudo acabar en pena máxima. En el Bernabéu no hubo debate: era penalti claro. El enésimo robo arbitral para volver al meter al Barça a un punto del liderato.