El presidente cántabro, falangista reconocido con pensamiento 'joseantoniano' "adecuadamente actualizado".
Durante más de 40 años, Miguel Ángel Revilla ha formado parte de la clase política española, centrando sus esfuerzos en Cantabria, siendo la estrella política del Partido Regionalista Cántabro (PCR) y sin duda, uno de los políticos más polémicos y mediáticos de la actualidad española.
Una carrera política que, sin embargo, no parecía satisfacer al propio Revilla en sus inicios, cuando en 1984, aseguraba en TVE estar en política "a disgusto".
"Bien sabe Dios que yo en la política estoy a disgusto. Y estoy deseando que estos socialistas, que dicen que lo van a arreglar todo, lo hagan, para marcharme a Polaciones a pescar [...] El primer día que se cumplan las condiciones que anuncian que se van a hacer, yo cuelgo mi chaqueta de político. ¡Porque la odio! Si yo fuera un político no estaría en el Partido Regionalista de Cantabria. Me hubiera apuntado a uno de los grandes par llegar arriba, no a un partido donde encima me cuesta de mi bolsillo la mitad de lo que gano" aseguraba.
Sin embargo, no es su 'odio' hacia la política lo único que ha cambiado para Revilla en estos últimos 40 años; y es que, si bien ahora se confiesa un "demócrata de toda la vida", el presidente cántabro comenzó su vida política dentro de la Falange.
Revilla, un falangista "joseantoniano"
"Tenemos que hacer comprender al mundo que el pensamiento joseantoniano, adecuadamente actualizado, tiene plena vigencia en el contexto actual. Tenemos una ideología que siempre he pensado que era exportable [...] una actualización del pensamiento de José Antonio (Primo de Rivera" afirmaba Revilla en 1973, que se declaraba seguidor del fundador de la Falange.
Una posición política que destacaba, en un momento en el que los falangistas se encontraban de capa caída dentro de la dictadura franquista, y que le llevaban a convertirse en el Delegado Comarcal del Sindicato Vertical en la comarca de Torrelavega.
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"Cometi un error de bulto" ha asegurado posteriormente el presidente cántabro, que, en 2011, se defendía después de que el programa 'La Noria', de Telecinco, sacara a relucir su pasado franquista "Lo sabe todo el mundo. Todo el mundo sabe cómo acabó aquello y dónde acabé".
Sin embargo, su papel político no acabó el en Sindicato Vertical, siendo aún hoy el presidente de Cantabria; lo que sí ha acabado es el amor de la región por su líder, después de ser abucheado por decenas de comerciantes y hosteleros por su inacción y sus políticas de gestión ante el Covid-19.