Tras su detención en Cerdeña, y su posterior liberación decidida por el Tribunal de Apelación de Sassari, a la espera de la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la situación de su euroorden de detención, Carles Puigdemont anunciaba, de forma triunfante, que nuevamente Europa había dado un 'varapalo' judicial a España en favor del movimiento nacionalista catalán.
"España no pierde nunca las oportunidades de hacer el ridículo" aseguraba el ex president de la Generalitat, eufórico, en sus redes sociales y ante los medios de comunicación.
Euforia que no evitaba, sin embargo, que el fugado de Waterloo solicitase ante el Parlamento Europeo y el tribunal de Luxemburgo la reactivación de su inmunidad como europarlamentario, de cara a evitar volver a ser detenido en sus viajes por el territorio europeo.
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Así pues, Puigdemont volvía a confiar su destino a los tribunales y organizaciones europeas, anunciando públicamente, no sólo su libertad, sino también insinuando que podría llegar a plantear ante la Justicia Europea la cuestión judicial sobre el 1 de octubre, buscando la complicidad de los tribunales europeos para 'legalizar' el proceso independentista de 2017, invalidando asi la aplicación del artículo 155.
La extradición de Puigdemont, en manos del TJUE
Sin embargo, los grandes planes internacionales del fugado de Waterloo parecen haberse desmoronado en apenas unas horas: y es que, según han confirmado fuentes parlamentarias a ACN, los servicios jurídicos del Parlamento Europeo se volverán a posicionar en contra de volver a conceder la inmunidad al ex president Puigdemont.
Así pues, los letrados de la cámara continuarán defendiendo la "decisión tomada por la plenaria" el pasado mes de marzo, cuando se levantaba la inmunidad al fugado, así como a Clara Ponsatí y Toni Comín.
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Una decisión que deja el futuro de Carles Puigdemont en manos del TJUE, que deberá decidir, no sólo sobre la cuestión prejudicial planteada por el Tribunal Supremo de España, sino también sobre la situación de vigencia en la que se encuentra la euroorden de extradición que pesa sobre el fugado de Waterloo.
Resolución que podría llevar a Bélgica, así como a Italia, a reactivar sus procedimientos judiciales para la extradición del expresident, pudiendo quedarse el fugado sin 'aliados judiciales' en el territorio europeo, siendo definitivamente enviado a España para su enjuciamiento por el procés.