Josep Maria Estela Ribas, el nuevo líder de los Mossos d'Esquadra, tiene una larga lista de chapuzas y escándalos a sus espaldas. Una de ellas, la más sonada, es lo ocurrido en Alcanar el 16 de agosto del año 2017, el día anterior a los atentados yihadistas de Barcelona.
Se produce una explosión enorme en un chalet de Alcanar que se escucha a varios kilómetros a la redonda. Los Mossos declaran esa explosión como "accidentental" por "acumulación de gas" e impiden que la Guardia Civil se aproxime al lugar de los hechos ya que quieren encargarse ellos.
Acta de la reunión entre Gobierno, Govern y mossos para coordinar el 1-O
En la casa de Alcanar aparecieron más de cien bombonas de butano y varias de acetileno. Los testimonios de los vecinos dejaban entrever que se trataba de una casa ocupada por varios árabes. Sin embargo, los Mossos d'Esquadra aseguraron que se trataba de un laboratorio de drogas.
Ni las más de cien bombonas de butano ni los diferentes líquidos hicieron que las autoridades policiales tuviesen la más mínima sospecha de que se trataba de un atentado yihadista que se iba a cometer en esos días en la Ciudad Condal. Asimismo, los agentes explicaron a la jueza de Amposta Sonia Nuez que estaba todo controlado.
Uno de los ocupantes de la casa resultó herido y fue trasladado al hospital. Nadie le interrogó ni mucho menos le detuvo en ese momento porque estaba lastimado. Todas estas decisiones e intervenciones estaban orquestadas por el separatista Josep Maria Estela Ribas.
Al día siguiente, el 17 de agosto de 2017, varios yihadistas entran con una furgoneta por las Ramblas de Barcelona y asesinan a 15 personas. Además, dejan heridas a otras 100. Después de la terrible masacre, los agentes descubrieron en la casa restos de triperóxido de triacetona (TATP), el explosivo usado por las células yihadistas y cuya fórmula de fabricación difunden en sus páginas web.
Los Mossos d'Esquadra se 'independizan' de la Guardia Civil usurpando sus competencias
Los Mossos metieron la pata hasta el fondo
Los Mossos d'Esquadra, que no dejaron investigar ni a la Guardia Civil ni a la Policía, metieron la pata hasta el fondo con la explosión de Alcanar. No supieron reconocer el escenario en el que se organizó el ataque yihadista en un primer momento y pasaron por alto varias pruebas.
El resultado fueron 15 personas asesinadas y más de un centenar heridas por un atentado que se pudo evitar si los Mossos de Alcanar, liderados por Josep Maria Estela Ribas, hubiesen hecho su trabajo correctamente y no hubiesen confundido un piso franco yihadista con un laboratorio de sustancias estupefacientes.