Las agresiones sexuales son una de las lacras de nuestra sociedad. Con el paso del tiempo, cada día se retrocede más en esta materia social, especialmente en lugares de ocio nocturno donde los depredadores sexuales suelen tener mayor facilidad para localizar y atacar a sus víctimas. Hasta ahora.
Las discotecas catalanas, conscientes del peligro que puede suponer salir de fiesta en locales abarrotados, han desarrollado un puntero sistema para evitar las agresiones sexuales a tiempo, especialmente aquellas que se cometen gracias a las drogas de anulación de la voluntad. Estos barbitúricos son los favoritos de los agresores sexuales en lugares de ocio abarrotados.
La sencillez de este método no debe confudirse con su eficacia. Con cada bebida, los clientes que lo soliciten recibirán una pequeña tapa de plástico con la que proteger el contenido del vaso, por lo que se anula automáticamente la posibilidad de que extraños o sujetos no muy amistosos introduzcan en la bebida sustancias peligrosas para la salud o drogas en contra del consentimiento del dueño de la bebida.
A pesar de su simplicidad y facilidad de uso, algunas asociaciones discrepan con los promotores de este método de lucha contra las agresiones sexuales. Su principal argumento es que, con estas iniciativas, se pone el foco sobre la víctima y no sobre el agresor. Sin embargo, los creadores de esta puntera iniciativa se defienden, argumentando que la sumisión química es uno de los métodos más presentes en las agresiones sexuales realizadas tanto dentro como fuera de este tipo de locales de ocio nocturno.
Con todo, esta medida comenzará a ponerse en práctica desde junio, fecha en la que las discotecas catalanas que lo deseen podrían solicitarlo. De esta forma, se espera que el sector del ocio nocturno catalán sea uno de los integrantes más en la férrea lucha contra uno de los sucesos más deplorables de todos los tiempos: las agresiones sexuales.