El ridículo del comunismo vuelve a ser inmenso en la Comunidad de Madrid. Cualquier argumento es válido para Mónica García y sus seguidores de Más Madrid, herederos directos de las peligrosas ideologías de Unidas Podemos que intentan implantar sin éxito en el corazón del país. La principal responsable del triunfo de la libertad y el fracaso del comunismo no son otros que Isabel Díaz Ayuso y sus fieles diputados y consejeros al frente del Gobierno autonómico.
Mónica García ha aprovechado la creciente preocupación ciudadana con los pinchazos en discotecas y otros lugares de ocio nocturno que se usan para intentar inocular sustancias nocivas y drogas a las víctimas con otros objetivos más macabros y delictivos para intentar atacar al gabinete de gobierno de la líder del Partido Popular madrileño.
Para intentar tranquilizar a los madrileños, Mónica García ha exigido al lado del gobierno en la Asamblea de la Comunidad que ponga en marcha un protocolo para evitar que estos ataques se hagan tan populares y recurrentes en la región, pero al hacerlo ha entrado en un juego populista que ha resultado ser fatal para la propia política comunista.
"La Comunidad de Madrid no ha establecido ninguna medida contra los pinchazos de sumisión química. Exigimos un protocolo que incluya: pruebas en hospitales, formación a la policía local y campañas de concienciación en discotecas. Libertad y seguridad". El contraataque inmedianto de una de las afines al gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha sido demoledor: "Es de 2018, de nada". Estas cinco palabras han destruido las pretensiones de agitación política de Mónica García.
Este protocolo que pide Mónica García para la Comunidad de Madrid ya existe desde 2018, y fue instaurado por el propio Gobierno autonómico entre los mandatos de Cristina Cifuentes y Ángel Garrido. Así se lo ha recordado una de las diputadas allí presentes, Ana Dávila. La diputada popular no ha tenido reparos en destrozar delante de todos los madrileños las perversas intenciones de la diputada comunista de Más Madrid adjuntando de forma detallada cuáles son las guías de actuación que había establecido la Comunidad de Madrid cuando estos pinchazos de sumisión química estaban lejos de convertirse en una preocupación en toda Europa.
Gracias al trabajo de Ana Dávila, se puede acceder al protocolo que el gobierno autonómico redactó en caso de la llegada de este tipo de agresiones. Según las medidas establecidas por la Administración madrileña, se entiende como sumisión química cualquier "agresión sexual, robo, extorsión y/o maltrato, sufridos bajo la influencia de sustancias psicotrópicas". Además, todas las premisas solicitadas por García ya están recogidas en el documento que supone una respuesta brutal por parte del gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
Esta durísima respuesta a través de redes sociales por parte de Ana Dávila, que hunde todavía más si cabe el prestigio de Mónica García como política, tenía un objetivo doble: desacreditar con la pura verdad a la líder comunista de Más Madrid y frenar el alarmismo propuesto por las formaciones políticas contrarias al gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que ponen sobre la mesa el tema de los pinchazos y la sumisión química cuando todavía no se ha producido ni denunciado ningún caso de este tipo en toda la Comunidad de Madrid.