La llegada de Erling Haaland a Manchester ha sido uno de los bombazos de este mercado de fichajes. Los enigmas no se hicieron esperar y fue de las primeras incorporaciones en anunciarse. El noruego ponía fin a su culebrón y llegaba al club en el que militó su padre cuando fue jugador.
Jugará a las órdenes de Guardiola, un entrenador algo polémico. Muchos han sido los que han criticado sus formas de gestionar un vestuario. El lado humano también es importante y resulta que es una de las cosas que le escasea al catalán. Veremos cómo se las ingenia para domar a una bestia indomable como el noruego.
Mucho se habló de su contrato del cuál el mismo jugador se encargó de gestionar en caso de una mala experiencia en Inglaterra. Firmó hasta 2027, pero por escrito también dejó claro una cláusula liberatoria para salir del club a partir del tercer año. Una propuesta a tener en cuenta para el Real Madrid, que seguramente no le sacará el ojo de encima al jugador.
Haaland no quiere establecerse de forma definitiva en Manchester ya que su idea es convertirse en el mejor jugador del mundo y no sabe lo que le deparará el futuro.
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