Fernando Grande-Marlaska es uno de los ministros más señalados del Gobierno de Pedro Sánchez. Sus cuestionables actuaciones como titular de Interior le habían colocado en el candelero en otras ocasiones. Ahora, la presión mediática se intensifica otra vez sobre el antiguo magistrado por una decisión que ha tomado hace poco y que le persigue por culpa de su pasado: el acercamiento de 'Txapote', uno de los etarras más sanguinarios, a una cárcel del País Vasco.
Cuando Grande-Marlaska ocupaba el puesto de presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en 2013, el terrorista etarra conocido como 'Txapote' llegó a sus manos. La sentencia fue tan tajante como dura: el jefe operativo de ETA fue condenado a 24 años por el intento de asesinato del diputado del PP por Álava Ramón Rabanera.
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En aquel momento, sus familiares sintieron que se había hecho justicia. 'Txapote' pagaría por fin por sus crímenes después de faltarle el respeto a la autoridad judicial, negando durante el enjuiciamiento la legitimidad de la Audiencia Nacional. El terrorista también señaló que esta institución y sus magistrados formaban parte de un "teatro" y que no respetaba "los derechos de los vascos".
Aquella condena de 24 años por el intento de asesinato de Rabanera se sumó a los más de 300 años que había acumulado por todos sus atentados y ataques contra la sociedad española. Uno de los más notorios fue el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco en 1997. Marlaska ha tratado en varias ocasiones con 'Txapote' y llegó a la conclusión de que el terrorista nunca colaboraría con la justicia española.
Marlaska se había erigido como uno de los grandes enemigos de la banda terrorista ETA, que llegó a planear su asesinato mediante un coche-bomba. Debido al fuerte dispositivo de seguridad que lo acompañaba siempre, Grande-Marlaska esquivó a la muerte más de una vez. El cese de la actividad armada de la banda terrorista y su disolución como organización parecían significar el fin de la guerra contra el terror.
Así fue durante muchos años, pero ahora Marlaska ha reabierto viejas heridas después de autorizar el acercamiento de 'Txapote' en una decisión inexplicable para quienes le conocían anteriormente. El ministro del Interior ha cometido dos errores fundamentales: el acercamiento de 'Txapote' y la celebración del Congreso Global de Víctimas del Terrorismo sin la presencia de los afectados por la banda terrorista ETA.
La celebración del Congreso, organizado por España y la ONU, tendrá como ponente al propio Marlaska. El ministro del Interior no dudará en hablar de terrorismo y formas de acabar con él mientras acerca a más de 300 presos etarras a diferentes cárceles del País Vasco. Esta medida ya la tomó en años anteriores José Luis Rodríguez Zapatero, y acabó con resultados nefastos.
Los 14 asesinatos cometidos por 'Txapote' no parecen ser suficientes para que el ministro del Interior frene su acercamiento al País Vasco. Además, los planes más inmediatos para este terrorista que formó parte del ala dura de la banda se acercan a la excarcelación: pronto habrá cumplido tres cuartas partes de su condena, por lo que podría salir de la cárcel antes de tiempo para atormentar a los familiares de las víctimas con el beneplácito de Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska.