Primero fue el cambio de sede, algo que tenía solución a través de una 'Operación Retorno'. Y ahora las fusiones. El independentismo catalán ha perdido, o está en vías de perder, a sus dos grandes bancos: CaixaBank y Banco de Sabadell.
Cataluña se queda sin bancos
Y no es una anécdota, las cabezas pensantes del Procés no ignoran que una nueva nación no puede subsistir si no tiene al menos un banco poderoso detrás que la respalde. Y Cataluña se ha quedado sin bancos tras la fusión de CaixaBank con Bankia y la inminente de Banco de Sabadell con el BBVA.
Ante los últimos movimientos sísmicos en el mercado financiero, la Generalitat, el Govern, no ha ofrecido respuesta. fundamentalmente porque ya no tiene ascendencia sobre los bancos que un día fueron el mascarón de proa de la economía catalana. Tanto a La Caixa como a Banco de Sabadell les llevaron a la disyuntiva de elegir entre Cataluña y España y a ambas entidades les faltó tiempo para apostar por el mercado español.
Uno se fue a Alicante y el otro a Valencia. Y aún acabarán en Madrid mientras el independentismo llora su torpeza de creer que los bancos arriesgarían su viabilidad para secundar su delirio político.
La Generalitat no tiene voz ni voto
La cuestión es que los dos bancos se han ido y consuman y estudian su fusión con otras grandes entidades financieras españolas sin que el puesto de mando de la Generalitat pueda decir esta boca es mía. No tienen ni voz ni voto. Lo que hagan La Caixa y el Banco de Sabadell escapa ya de sus competencias porque también han perdido la guerra financiera.
El hecho de que Meritxell Budó, la portavoz del Govern catalán, reconociera que se enteraron de los planes de fusión del BBVA y el Sabadell a través de la prensa expresa con claridad el grado de incidencia que tienen las instituciones catalanas en la vida financiera del país. Algo impensable años atrás, cuando los bancos entonces catalanes no daban un paso sin antes consensuarlo con el Govern.
Los grandes bancos, de enero a junio: 1.400 empleos perdidos y 271 oficinas cerradas
El sueño de la independencia es una quimera sin peso en el poder económico, especialmente después de comprobar que el separatismo tiene en contra al poder político y judicial del estado, lo que comporta a su vez el rechazo internacional, algo vital para legitimar el proceso separatista.
Cataluña no pinta nada gracias al Procés
Y tras la huída de La Caixa y Banco de Sabadell, el soberanismo catalán intenta rearmarse con la creación de un nuevo banco digital, el 11Onze, con sede social en el extranjero. Pobre solución para paliar la fuga de las grandes entidades financieras de Cataluña.
Con la fusión de CaixaBank y Bankia, el banco de origen catalán se presentaba desde una posición de dominio absorbiendo a otra entidad más pequeña. En el caso del Sabadell, cae en manos de otra compañía más poderosa, con lo que el centro de poder económico de Barcelona queda más tocado. De hecho la Generalitat no tiene ya competencia alguna sobre las decisiones de las grandes compañías.
Se van quemando etapas. Las etapas de empobrecimiento a las que lleva el Procés. Ya han conseguido que en cuestión de bancos, Cataluña no pinte nada. Cero.