El líder supremacista Quim Torra pensaba darse un baño de masas con el paseíllo organizado por el Govern ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, pero nada más lejos de la realidad.
Únicamente cuarenta o cincuenta indepes se han concentrado a las puertas del TSJC para acompañar a Torra, que ha declarado como imputado por no retirar los lazos amarillos de la Generalitat.
Un nuevo pinchazo del activismo separatista, que da, una vez más, la espalda a Quim Torra, que pasará muy pronto a la historia y será recordado como el peor presidente de la historia de la Generalitat.
Torra no aprende y defiende ante el TSJC mantener los lazos
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha defendido ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que mantuvo los lazos amarillos y 'esteladas' en las fachadas de los edificios públicos en periodo electoral por libertad de expresión y ha hecho alusión a los derechos humanos -entre ellos los políticos-.
Según han explicado fuentes de la defensa de Torra, el presidente, que ha declarado como investigado por un presunto delito de desobediencia a las resoluciones de la Junta Electoral Central (JEC), ha actuado "coherentemente" al defender la libertad de expresión.
Fuentes judiciales consultadas han indicado que la declaración de Torra ha sido en un tono muy cordial y que en ningún momento ha acusado al Estado de vulneración de derechos y libertades, tal y como dijo que haría en un acto este martes.
Torra ha respondido a la Fiscalía -en concreto a cinco preguntas- pero ha rechazado las preguntas de Vox, acusación popular en esta causa, "por decencia democrática", en una comparecencia que ha durado unos 40 minutos. (Esto es lo que dio de sí el debate de TV3 sin Puigdemont, Junqueras y Comín)
Las fuentes consultadas han explicado que el magistrado instructor, Carlos Ramos, ha recordado a las partes que el contenido de la declaración era reservado, especialmente porque ha sido en plena campaña electoral.