El incidente de Arturo Pérez Reverte con una prostituta en plena calle incendia las redes

Pérez Reverte acosado por una mujer con malas intenciones

16 de Agosto de 2020
El incidente de Arturo Pérez Reverte con una prostituta en plena calle incendia las redes
El incidente de Arturo Pérez Reverte con una prostituta en plena calle incendia las redes

El escritor Arturo Pérez Reverte ha contado en Twitter su incidente con una mujer de intenciones sospechosas. (El independentismo va a la guerra contra Pérez Reverte y Joaquín Sabina por este inocente vídeo de 2016)

Reverte ha vivido en sus carnes la técnica del 'hurto cariñoso', es decir, asaltar a la víctima con preguntas para tener contacto físico y acabar robándole la cartera, el reloj o el teléfono. (Los dos atracos que harán que el turismo de Barcelona decaiga todavía más. ¡¡Imágenes indignantes!! ¿Alguna solución, Ada Colau?)

Acosado por una mujer

"Lo que voy a contarles me ha ocurrido hoy, hace sólo cincuenta minutos. Y voy a contarlo porque tal vez sea de utilidad para alguien. O tal vez no", ha comenzado diciendo Pérez Reverte en Twitter.

"Dando un paseo cerca de mi casa hablo por teléfono con mi amigo Edu Galán. Se acerca una mujer joven con mascarilla e interrumpe la conversación", ha explicado.

"Dice que busca trabajo como empleada de hogar, y si conozco a alguien a quien interese. Respondo que no", ha relatado.

"Me dice que es portuguesa (no creo identificar ese acento, sino uno del este de Europa) e insiste mucho. Cuando le repito que no conozco a nadie que necesite empleada de hogar, me pregunta, literalmente: "¿Y tienes algún amigo al que le interese hacer el amor?", ha escrito.

"Respondo que tampoco tengo amigos así y hago ademán de irme. Me agarra por un brazo e insiste: "¿De verdad no conoces a nadie?". (Arturo Pérez Reverte le envía un zasca a los “enchufados” del cine)

"Doy un tirón y libero mi brazo mientras me pregunto cómo habrá llegado hasta aquí (afueras de Madrid): si sola o si la habrá traído alguien".

"Vuelve a agarrarme por el brazo. Aunque llevé una vida agitada, me siento indefenso. Ni siquiera me atrevo a zafarme con brusquedad. A esa joven le bastaría con ir a la Guardia Civil y decir cualquier cosa, y yo pasaría esta noche en un calabozo, por lo menos. Eso, de momento", ha reflexionado.

"Libero al fin mi brazo, me alejo, vuelvo a telefonear a Edu y se lo cuento. "Acojonado me tenía" le digo. "Lo que viene de camino y el paisaje que nos espera van a ser de órdago", añado. Y Edu me dice que sí, que en efecto. Que van a ser de órdago", ha zanjado el escritor.