La sesión que ha visto hoy la causa de Quim Torra juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por un delito de desobediencia ha sido absolutamente esperpéntica. El propio Torra ha dejado clara su posición reclamando una condena que le inhabilite y le permita una salida digna del lío en que se ha metido y del que no sabe salir.
Si el TSJC le inhabilita Torra podrá largarse, como es su deseo, y lo podrá hacer como un mártir, caído por la patria catalana y esa república que sólo existe en la imaginación de unos pocos, entre ellos la suya. Torra ha dejado hoy muy claro que quiere largarse y ha pedido al juez que le ayude reclamando una condena que le haría feliz. Absolutamente kafkiano.
"Me podéis condenar pero no cambiaréis la voluntad del pueblo de Cataluña", le ha dicho Torra al juez en su turno de última palabra. El descerebrado Torra ha aprovechado para sumar puntos en su deseo de ser condenado e inhabilitado acusando al tribunal de no ser imparcial y de que el juicio no ha sido más que un preceso político sin más fin que "alterar el panorama político catalán".
La maldición de Torra
Y sus disparates han alcanzado el punto culminante cuando ha dicho que "si por defender los derechos y libertades de mis compatriotas yo tengo que ser condenado, bienvenida sea la condena".
También ha lanzado un aviso: "Seguiré durante todos los meses que siga como presidente hasta que el Parlament me retire su confianza"... aunque le ha faltado añadir "y hasta que la justicia me lo permita".
Torra ha enviado también un desafío al Tribunal: "Solo el Parlament de Catalunya escoge a su presidente o lo censura si hace falta", y ha añadido que nunca renunciará a la defender la independencia de Cataluña y a los que él considera 'presos políticos'.
Y les ha lanzado una maldición a los miembros del Tribunal: "Esta condena será vuestra condena", advirtiéndoles que la causa llegará a los tribunales europeos, únicos órganos según él donde los catalanes logran justicia.
"Si la pregunta es si acaté la orden de la Junta Electoral Central, la respuesta no puede ser más sencilla: Claro que no, no podía ni debía hacerlo como presidente de la Generalitat", ha insistido, alegando que era una orden ilegal.
"No he venido a defenderme sino a acusar al Estado"
La versión más chulesca de Torra ha avisado a los miembros del tribunal que no ha venido a defenderse de nada porque cumplió con el deber de su cargo, sino a acusar al Estado de vulnerar sus derechos y "pretender que vulnerara los de la ciudadanía".
Recurriendo a su habitual victimismo, ha recordado que este juicio "no ha contado con las garantías necesarias", y ha criticado que el TSJC haya rechazado elevar cuestiones prejudiciales al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
Para Torra, la independencia es "la única opción de los catalanes para que sus derechos sean respetados y para que se vele para la observancia de los derechos humanos y se respete la voluntad popular".
El control de la Fiscalía de Pedro Sánchez
Torra, como no podía ser de otra manera, ha tirado del comodín de Pedro Sánchez y ha recordado sus palabras sobre el control de la Fiscalía para justificar no haber respondido a preguntas del Ministerio Público.
Para Torra, la Fiscalía "ya no es un organismo que vela por la legalidad sino por los intereses del Gobierno del Estado", una declaración que ha hecho que el presidente del tribunal, Jesús María Barrientos, le conminara a no faltar el respeto al Ministerio Público.