Los Mossos d'Esquadra siempre han estado vinculados a la política catalana, desde su creación por el gobierno de Jordi Pujol. Sin embargo, ha sido con el auge del movimiento independentista y con el procés que el cuerpo autonómico ha cobrado relevancia.
Y es que, en muchas ocasiones, agentes de los Mossos han actuado como 'agentes' del President de la Generalitat, creando una especie de 'policía patriótica' al margen de la legalidad del cuerpo autonómico.
La Generalitat 'vacuna' contra el Covid-19 a los radicales del 1-O
Es en este punto donde destacan los Mossos que rodearon a Carles Puigdemont, que acabaro acuando como 'guardia de corps', una especie de 'guardaespaldas' del ex president, ayudándole incluso a fugarse de España e instalarse en Waterloo, donde actualmente mantiene su residencia.
Así lo ha confesado ahora un Mosso anónimo al diario ABC, explicando los pormenores del grupo de escoltas, de casi cuarenta agentes de los Mossos d'Esquadra, que estaban al servicio de Puigdemont, cuyo miedo a ser encarcelado, envenenado o dañado de algún modo llegaba a ser patológico.
"Tiene miedo, lo ha tenido siempre, miedo de que le envenen, de hecho, no aceptaba regalos, ni visitas.. [...] Esta paranoia es cierta".
Así se estructuraban los Mossos de Puigdemont
"Puigdemont tenía asignados cinco grupos de escoltas, formado cada uno por 8 o 9 agentes especializados, con mucha experiencia y que trabajaron con otros presidentes" asegura esta fuente anónima "Había un coordinador, normalmente un sargento, pero el President solía tener más trato con el jefe de cada grupo, que es el que hace los movimientos de agenda".
Un sistema que cambió radicalmente con la llegada del sargento Lluís Escolà, que tomó las riendas de la seguridad del expresident.
"Hacía tejemanejes con la agenda" asegura el Mosso "Se cerraba a las cinco de la tarde y a partir de esa hora había actividades que te ordenaban sobre la marcha... Siempre estaba en el Palau de la Generalitat, en contacto directo con el Presidente, sin tener relación con los cinco grupos de escoltas, hecho que no había sucedido nunca".
Así respira Podemos: "Mejor que el Rey no vuelva nunca más a Cataluña"
Y de esta forma, asegura la fuente de ABC, "nadie más que él conocía algunos movimientos de Puigdemont". Ni siquiera el mayor Josep Lluís Trapero, ni Miquel Buch, conseller de Interior.
Una "obsesión" por que no se filtrase nada que provenía de los grandes miedos del por aquel entonces president: "No se habían activado las euroórdenes, ni había huido, pero ya tenía mucho miedo a ser detenido. No quería ir a la cárcel".
El cerebro de la fuga
"Dos o tres días antes de los hechos, el sargento Escolà cogió un coche del área de escoltas justificando que tenía que ir a hacer un servicio" relata el agente anónimo de los Mossos.
Una actividad nada ordinaria, pero que no le fue negada. Así, con el discreto Skoda, Escolà sacó de forma anónima a Puigdemont de Girona, escapando, como ya se conoce, hasta llegar a Waterloo.
Pero Escolà no había dejado nada al azar. También se había encargado de la seguridad del expresident al llegar a su nueva residencia, organizando "turnos" dentro de los Mososs d'Esquadra para que agentes de confianza volaran, en sus días libres, para actuar como "guardaespaldas" de Puigdemont.
El indulto les sabe a poco y piden más, lo quieren todo: ¡Amnistía!
"Hacían el servicio tres agentes, uno se quedaba vigilando las cinco cámaras que estaban instaladas; otro hacía el perímetro de fuera y el tercero estaba dentro con él" asegura el confidente, que asegura que en el cuerpo autonómico se hacía la 'vista gorda' ante el movimiento de los agentes.. y sus sobresueldos ilegales recibidos en Waterloo.
"Se dice que no se cobraba y evidentemente no se puede saber, pero hay agentes que han confesado que ellos no se desplazaban gratis a Waterloo. Hablaban de 100 euros diarios, casi 3.000 euros al mes".