El gran Risto Mejide: ¡¡¡Todo es mentira!!!

Bajo esa imagen de persona exitosa que mira por encima del hombro al resto de los humanos, encontramos a un tipo 'fracasado', a un 'tramposo' sin ninguna capacidad intelectual que pontifica con argumentos peregrinos

El gran Risto Mejide: ¡¡¡Todo es mentira!!!
El gran Risto Mejide: ¡¡¡Todo es mentira!!!

Las continuas apariciones en televisión de Ricardo Mejide Roldán (48 años), presentador, publicista y escritor más conocido como Risto Mejide, hacen pensar que ha conseguido sus objetivos en la vida. Sin embargo, bajo esa imagen de persona exitosa que mira por encima del hombro al resto de los humanos, encontramos a un tipo 'fracasado' que quería triunfar en el mundo de la música. 

Quería ser como Prince. No lo decimos nosotros. Él mismo lo llegó a admitir en una entrevista hace unos años: “Yo quería ser Prince. Como muchos chavales, ves a tus ídolos y quieres imitarlos. Lo que ocurre es que hay que ir actualizando los sueños, porque es la única manera de ser feliz”, le contó a José Corbacho en ‘Al rincón de pensar’, confesando que tuvo que reciclarse porque no valía un duro como cantante. (El chulángano de Risto Mejide se erige en juez y jurado de los periodistas españoles. ¡¡¡Por qué no te callas fantasmón!!!).

El sueño frustrado de Risto Mejide

Con 21 años, Risto Mejide componía para Necta, un grupo de Barcelona, y tocaba el teclado y era vocalista de su propio grupo, OM. Sin embargo, decidió acabar con esta aventura rindiéndose al darse cuenta de que ninguna discográfica iba a apostar por él. Los que han visto los viejos vídeos de Risto cantando aseguran que se habría merecido una nominación por su puesta en escena lamentable.

Quién sabe si ésa es la razón por la que Risto decidió pasarse a la publicidad, un mundo en el que sí ha tenido cierto éxito porque otra cosa no, pero el barcelonés sí que es un tipo listo que sabe vender y sobre todo sabe venderse a sí mismo. De hecho, escribió un libro sobre cómo ganarse la vida dando por saco al personal, titulado #Annoyomics: El arte de molestar para ganar dinero. Dicho y hecho. (Los trapos sucios que tapa Risto Mejide, el 'gafe' enchufado de Ada Colau).

Su trabajo como publicista, llegando a dirigir un par de agencias de reconocido prestigio, le llevó a entablar contactos en el mundo de la televisión que le sirvieron para trepar hasta Operación Triunfo, donde pudo desahogar su rabia y resquemor hacia los concursantes que, obviamente, cantaban mejor que él.

El paso de Risto Mejide por Operación Triunfo

Son varios los casos de concursantes que en la actualidad tienen cierta reputación (Lorena Gómez) o incluso fama internacional (caso de Pablo López) a los que machacó semana tras semana con sus atroces comentarios.

Eres como un consolador, perfecta en la ejecución pero tremendamente fría en el sentimiento”, le espetó a la primera. A otras concursantes, quién sabe por qué razones, las alababa incluso cuando cantaban como grillos. Pero sin duda su gran error y el que demuestra que Risto no tiene ninguna idea de música es Pablo López.

El ahora coach de La Voz, con una intachable trayectoria en el mundo de la música como cantante y compositor, ha demostrado que está a años luz de lo que Risto habría imaginado llegar a ser algún día. Recientemente, el publicista tuvo incluso que pedir perdón por lo que fue un machaque continuo que muchos achacaron a su favoritismo hacia Virginia Maestro, con la que posteriormente se dijo que Risto tuvo un romance. (¡¡¡Risto Mejide es un pajillero!!!).

Verdad o no, lo cierto es que después de que Virginia ganara OT 2008, Risto se convirtió en el productor musical de su primer proyecto, Labuatt18. Fracasó, y de hecho hoy en día casi nadie que no siguiera aquel OT recordará a Virginia. El propio Risto, hace unos años, dio a entender que sí se enrolló con ella: “Aunque lo hubiera hecho te diría que no, así que no”, dijo misteriosamente a José Corbacho.

Siguiendo con su paso por Operación Triunfo, sus zafios comentarios contra los concursantes le convirtieron en una estrella de la televisión. Su prepotencia, chulería y un postureo que aún hoy mantiene, con esas gafas de sol que no se quita ni para meterse en la ducha, hicieron que su personaje lograra el impacto mediático que deseaba. Como buen publicista, supo venderse.

No todo fueron apoyos, eso sí, ya que salir a la calle después de las barbaridades que les decía a los concursantes era un deporte de riesgo. De hecho, incluso llegó a sufrir alguna agresión, tal y como contó posteriormente en televisión: “He tenido algún incidente. La fama que he proyectado es de tío sobrado, prepotente… Nunca se me ha encarado nadie, lo que me pasó fue que me dieron un botellazo desde lejos y me abrieron la cabeza”, contó.

La bronca de Risto Mejide con Jesús Vázquez que dinamitó OT

Pero sin lugar a dudas, si hay que destacar un incidente de Risto Mejide en su etapa en OT es el que vivió con Jesús Vázquez en 2009, cuando hizo un comentario soez y homófobo que no sentó nada bien al presentador: “En esa academia yo también tendría muchísimo miedo de dejar orificios abiertos”. Comentario vergonzoso por parte de Risto que no tiene perdón. Lo puedes puedes ver en el siguiente vídeo. Un incidente que cambió la relación entre ambos para siempre.

Si de incidentes va la cosa, cabe destacar algunos más en la carrera televisiva de Risto Mejide, siempre abonado a la polémica para aumentar los índices de audiencia. En su programa más reciente, Todo es mentira, y en la actual temporada de Chester ya suma un par de enfrentamientos buscados. En el primero y como argumento para despertar el ‘casi muerto’ espacio que presenta en Cuatro, atacó despiadadamente a Eduardo Inda para generar polémica y levantar su bodrio de programa.

Todo es mentira, no es ni buen ni mal programa. Es una copia barata de muchos programas que se han hecho y que pretende tratar la actualidad con un tono jocoso, cáustico y corrosivo interpretado por unos actores a los que se les nota que llevan un guión aprendido. Pero sobre todo su acidez o ironía no cruza la pantalla. Es una sucesión de tópicos encadenados. Y para darle un 'poco de marcha' nos trae a dos personajes más o menos populares de orientación política contraria para que de su enfrentamiento surjan chispas. ¡Lo más novedoso del mundo! Y para rematar la faena el gran Risto nos da lecciones de ética y democracia. ¡Manda huevos! 

Risto es un tiparraco que insultando a la gente (concursantes) llamó la atención y 'se dio a conocer'. Y que en el Chester, su programa estrella, quiere dar la imagen de un gran entrevistador, que aprieta a los invitados. Antes de cada entrevista avisa a los entrevistados de qué temáticas abordará en el diálogo y les comenta que entiendan que irá de duro en sus preguntas porque ese es el papel que debe interpretar. Nunca contrapregunta si no es que lo haya advertido.

Sin embargo, en el Chester con Arcadi Espada, el entrevistado le salió rana. Fue a tumba abierta contra él. Y Arcadi Espada es un tipo muchísimo más culto e inteligente que Risto al que se puede comer en cinco minutos. No se atrevió a llevarle la contraria consciente de que podría quedar en ridículo. Sin embargo al tratar el tema de la eugenesia, tema del que creemos que Arcadi se equivocó totalmente ya que nunca debió escribir ese artículo en El Mundo, el amigo Risto no sabía por dónde salir. Y haciéndose el ofendido aprovechó para montar el número y acogerse a la frase amenazante de Arcadi de que de seguir así se marcharía. Cuando Arcadi se levantó le tiró en cara que era un tramposo. Y Risto no tuvo narices de contestarle. Solo lo hizo cuando el señor Espada estaba fuera del plató. (Risto Mejide expulsa del programa Chester a Arcadi Espada).

No se le puede dar a Risto Mejide la categoría de periodista cualificado. Es un tipo sin ninguna capacidad intelectual que pontifica con argumentos peregrinos y que vende muy bien la imagen del hombre 'duro y malo'. Sus argumentos de juicio son débiles y tontos la mayor parte de las veces. Interpreta bien ese papel de juez implacable o de periodista justo y ecuánime. Risto Mejide es un bluf. Es de plástico, está vacío. Resulta ridículo. Es un fantoche. Un fantasmón. Un bobo. Pero nos tememos, y eso es lo grave, que de tanto ensayar su papel ha llegado a creérselo. Entretanto este papel le está dando fama y dinero. Más pronto que tarde, Risto Mejide deberá acudir al diván de un especialista para que le ayude a distinguir la realidad de su gran mentira. Nuestra sociedad no puede ni debe valorar a personajillos como él. (¡Brutal! La venganza viral de Eduardo Inda contra Risto Mejide).

*** Mañana habrá un segundo capítulo del 'folletín' del 'Gran Risto Mejide'.