El Real Madrid está en los momentos clave de la temporada, jugándose dos títulos en apenas una semana. El resultado del partido de ida, un 4-3 a favor de los ingleses que ha generado diferentes sensaciones en el madridismo, se incluye en un contexto en el que entra en juego la competición doméstica: el conjunto de Carlo Ancelotti tiene LaLiga a tiro, y con un solo punto le bastaría para proclamarse campeón matemáticamente este mismo fin de semana.
Ese es, precisamente, uno de los puntos que más preocupa en el Bernabéu. A pesar de que la derrota en el Etihad Stadium haya dejado una buena sensación entre los jugadores y los aficionados madridistas, algunos directivos consideran que esta sensación podría provocar una relajación en un tramo de la temporada en el que se puede pagar muy caro salir sin intensidad a los partidos que quedan por delante.
Ahora, la principal preocupación es el encuentro contra el Espanyol en el Bernabéu. A pesar de jugar en casa, los aficionados madridistas saben que no será un encuentro fácil, y la posibilidad de cantar el alirón este mismo sábado podría desencadenar en celebraciones que no todos los madridistas verían con buenos ojos. La celebración se daría en un contexto realmente tenso en Concha Espina, con la derrota en el Etihad Stadium y sabiendo que tanto jugadores como aficionados deben poner toda la carne en el asador para el partido de vuelta que se celebrará en el feudo madridista el miércoles 4 de mayo.
Aunque la celebración del título de LaLiga sea necesaria, ciertos sectores del madridismo consideran que estos festejos deben posponerse a fechas posteriores al partido de vuelta contra el Manchester City, con el objetivo de no perder el espíritu competitivo y contraer una distracción y confianza excesiva propia de quien levanta un título importante en la actual temporada del Real Madrid.
Desde el club piden tranquilidad. Fue el propio Carlo Ancelotti quien aseguró que LaLiga está realmente cerca de formar parte del palmarés del Real Madrid, a pesar del reconocimiento de que todavía el camino no está totalmente recorrido. El partido contra el Espanyol en el Bernabéu será definitivo para el devenir del título, y el Real Madrid afronta una semana de exigencia brutal en la que debe estar a la altura para no echar por la borda todos los esfuerzos y progresos que se han logrado a lo largo de la temporada en el torneo doméstico y en la UEFA Champions League.