No debe sorprender a nadie. El plan de vacunación en Cataluña se lleva con 15 días de retraso. Así lo ha reconocido la presidenta de la patronal de residencias Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (Acra), Cinta Pascual en RAC1.
Pascual ha admitido que no se completará la fase de la primera toma hasta el 15 de enero. Y Carmen Cabezas, subdirectora de Promoción de la Salud de la Generalitat, ha asumido en TV3 que "fuimos demasiado optimistas" en los tiempos y reconocido que no tuvieron prevista la primera semana de preparación, mientras lamenta que no hay enfermeras en el mercado para ser contratadas.
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Así ha empezado la administración de la vacuna contra el Covid-19 en Cataluña. Con errores y más errores. Lo habitual a lo largo de toda la pandemia. La gestión no es el fuerte de este Govern separatista, que tenía previsto vacunar a más de 100.000 personas desde el día 27 de diciembre y sólo ha aplicado la vacuna a 7.774 personas, el 12, 96% de las previsiones. El día 1 de enero, sin ir más lejos, sólo fueron vacunadas dos personas en territorio catalán por falta de personal.
La improvisación del Govern contemplaba la previsión de tomarse "fiesta" los fines de semana en la aplicación de la vacuna. La realidad les ha despertado de golpe. También los días festivos se vacunará en Cataluña.
Y eso que la consellera de Sanidad Alba Verges prometió que en 15 días serían vacunadas en Cataluña 104.000 personas. Entre las disputas políticas de los diferentes partidos independentistas y las cuestiones electorales parece que no les ha quedado tiempo para atender a la población como se merece.
No habrá neveras hasta el 17 de enero
Ahora el problema es que no llegarán a Cataluña hasta el 17 de enero las neveras que deben mantener en frío a las vacunas de Pfizer. Y han caído en la cuenta ahora. Una detrás de otra. En manos de esta gente están los catalanes.
Pero en el Palau de la Generalitat tienen la especial habilidad para escurrir el bulto y sacarse las pulgas de encima. Si no es España la que roba o la que mata en Cataluña, son los ingleses. Resulta que las neveras que transportaban las vacunas Pfizer quedaron atrapadas en el túnel de Calais por el cierre de fronteras decretado por el Reino Unido. Y esa es la causa oficial del desastre organizativo que impera en Cataluña.
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Y mientras tanto, Cataluña va a peor. Se han endurecido las medidas restrictivas, los contagios crecen por encima de los 2.000 diarios y el riesgo de rebrote ya roza los 400.