Aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022. Esta parece ser la única obsesión del Gobierno de Pedro Sánchez, cuyas últimas declaraciones públicas parecen estar diseñadas a conseguir el apoyo politico y ciudadano suficiente para hacer que Pedro Sánchez se mantenga, al menos un año más, al frente del Ejecutivo nacional desde el palacio de La Moncloa.
Una obsesión que ha hecho que, pese a las constantes críticas recibidas, y pese a las promesas electorales de los socialistas en los anteriores comicios generales, el presidente socialista no haya dudado en pactar, de forma constante, con los nacionalistas vascos y catalanes, así como con Unidas Podemos, ahora su socio de Gobierno.
Pactos que continúan con los republicanos catalanes de ERC quienes, no contentos con las promesas conseguidas del PSOE durante la negociación de los PGE en el Congreso de los Diputados, ahora pretenden expandir su chantaje, sabiendo que su apoyo es indispensable para la aprobación de las Cuentas.
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Un nuevo chantaje ante el que el socialismo parece estar dispuesto a ceder una vez más, tal y como se ha podido intuir de las declaraciones del portavoz socialista en el Parlament, Hector Gómez, pronunciadas este viernes.
Así pues, el socialista ha asegurado que las posiciones con ERC "se van aproximando", confiando en llegar a un acuerdo "en las próximas horas" para conseguir dar luz verde a las Cuentas nacionales.
Silencio ante el fascismo independentista
Palabras de Gómez que ponen de relieve que, pese a asegurar ante los medios de comunicación que la negociación sobre el catalán en la ley audiovisual tiene "un espacio limitado dentro del conjunto de la ley", los de Pedro Sánchez podrían estar más que dispuestos a modificar la legislación para conseguir el apoyo de Esquerra.
Tanto desean la Moncloa desde el Ejecutivo de Sánchez, que incluso el propio Gobierno de la nación ha evitado,a toda costa, pronunciarse sobre la polémica generada en Cataluña, así como dentro de la opinión pública española, sobre el acoso a la familia de Canet que ha exigido que se cumpla con el 25% de las asignaturas en castellano dentro de la educación catalana.
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Así pues, la ministra de Educación este viernes ofrecía a la Consellería catalana "medios" para proteger al menor acosado, a pesar de que este acoso provenía incluso del conseller catalán, que daba su silencioso apoyo a los independentistas acosadores negándose a hablar en castellano.
Mientras tanto, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, condenaba 'con la boca pequeña' este acoso, mientras que, a la vez, criticaba que "el español goza de privilegios frente a otras lenguas minoritarias que tenemos que proteger".
Falta de condena en firme del Gobierno de España contra el acoso al castellano y a los españoles en Cataluña que, una vez más, demuestra que el único objetivo del Gobierno de Pedro Sánchez es mantenerse, a cualquier coste, en la Moncloa.