El Ministerio de Sanidad está trabajando actualmente con las comunidades autónomas el plan de vacunación contra el coronavirus, que comenzará, según las previsiones de la cartera de Salvador Illa, a comienzos de 2021.
Un plan de vacunación que contempla recibir cerca de 80 millones de vacunas desde la Comisión Europea, que cuenta aproximadamente con 1.400 millones de dosis comprometidas, a repartir entre los estados miembros.
Unas vacunas que ahora, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha destinado a los españoles... pero no en su totalidad.
"España tendrá, porque ha comprado vacunas probablemente en exceso para vacunar a todos los ciudadanos, una cantidad que destinaremos a otros países, empezando por los países vecinos que más lo puedan necesitar" aseguraba González Laya en el V Foro ministerial de la Unión por el Mediterráneo.
Una afirmación en la que se prevee que España ofrezca sus vacunas a otros países de la cuenca mediterránea, únicamente especificando que se destinarán a "lugares más pobres" cercanos al país.
El Gobierno ignora las víctimas reales del virus chino
Las palabras de la ministra de Exteriores, pese a responder a la coordinación y colaboración entre los diferentes países del Mediterráneo, abren el debate de la relevancia que desde el Gobienro de España se le está dando a la influencia del virus en el territorio español.
Y es que ya son muchos los que cuestionan los datos oficiales de positivos y fallecidos en el país ofrecidos desde Sanidad:44.668 fallecidos son los registrados por Sanidad desde el inicio de la pandemia.
Un dato que dista mucho de las cifras que se barajan desde el Instituto Nacional de Estadística (INE), que contempla una subida de más de 45.000 fallecimientos respecto a 2018 durante la primera ola de la pandemia, y una subida de más de 12.000 fallecidos desde septiembre, en comparación con los datos de ese mismo año.
Ascensos en las defunciones de la ciudadanía española que no han sido explicadas desde Sanidad, y que concuerdan con las olas de mayor expansión del virus en el país.
Algo que ha provocado que, durante varias semanas, España fuese la nación de Europa más afectada por el coronavirus, siendo ahora la cuarta de Europa en registrar más muertes por Covid-19.
Unos datos que no son positivos para el país, y que producen desasosiego a la ciudadanía que, mientras muere, contempla como el Gobierno de España se centra en ayudar a los países vecinos del Mediterráneo, evitando concentrar sus esfuerzos en parar la ola de muertes que, desde marzo de 2020, amenaza con ahogar a España en una crisis social, económica y humanitaria sin precedentes.