Mientras Joan Laporta recibe la felicitación del amigo Puigdemont y la Asemblea Nacional Catalana (ANC) descorcha el cava porque el Barça vuelve a ser suyo, del independentismo, el Gobierno, a través de su ministro de Cultura y Deportes, advierte al nuevo presidente culé que estará muy pendiente de su gestión y le aconseja que no venda el club al separatismo.
Sobre 110.290 socios del FC Barcelona con derecho a voto, Joan Laporta ha conseguido el respaldo de 30.184, lo que quiere decir que 80.106 socios culés no le han dado su apoyo. Aún así, Laporta ha logrado aglutinar el 54% de los votos para convertirse en el segundo presidente del Barça más votado de la historia tras Sandro Rosell.
Desde que finalizara su primer mandato, de 2003 a 2010, el Barça, presidido por Sandro Rosell primero y Josep Maria Bartomeu después, ha conseguido mantenerse al margen de las presiones de las fuerzas independentistas, que valoran al club como la principal herramienta de que disponen para externalizar al mundo su mensaje.
Con Laporta de vuelta, todo será más fácil. De hecho el propio Puigdemont desplegó las bases de su partido para ayudar a su candidato, y amigo, a obtener más firmas que nadie en la fase previa de la precandidatura.
Un aviso del gobierno de Sánchez
Y ahora, con el triunfo en el bolsillo, a la ANC le ha faltado tiempo para darle la bienvenida a "un independentista sin complejos" al que desean "mucha suerte para enderezar al club en todos los sentidos". Y entre esos sentidos está, claro está, su alineación dentro de las coordenadas independentistas. Lo tienen fácil con Laporta, asiduo a las paellas que organiza Pilar Rahola en Cadaqués y buen amigo de Puigdemont, con quien ha compartido viajes y vacaciones y también doctrina política.
Consciente del talante que gasta el nuevo presidente del Barça, el Gobierno le ha enviado un mensaje en su primer dia de mandato de parte del ministro de Cultura y Deporte, Manuel Rodríguez Uribes.
"Si Laporta pone al Barcelona al servicio del independentismo, hará mal"
Laporta se autodefine como un independentista desacomplejado al que no le tiembla el pulso para expresar sus emociones: "El Barça siempre ha latido al ritmo que ha ido el país. En este sentido, el Barça se tiene que posicionar respecto a las cuestiones de país", ha dicho durante la campaña electoral. Y el Gobierno ha recogido el guante por si cae en la tentación de equivocarse como jefe del Barça.
Rodríguez Uribes ha recibido así al nuevo presidente del Barça: "No me preocupa que Laporta sea el presidente del Barcelona, le felicito". Pero ha añadido: "Hay que trabajar entre todos para que el deporte siga funcionando, y el fútbol y el deporte español son marca España. Muchas veces nos reconocen en el extranjero por el deporte".
Puigdemont y el separatismo trabajaron para Laporta en la recogida de firmas
Y por si no le ha quedado claro, ha concluido: "Si Laporta pone al Barcelona al servicio del independentismo, hará mal". Dicho queda. Aunque conociendo al personaje, cuesta creer que no hará lo que le dé la gana. Le guste o no al Gobierno de España.