Ante la brutal crisis económica provocada en España por el coronavirus, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha preparado ya una serie de nuevas medidas económicas, proyectadas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, enfocadas a reducir el déficit del país.
Unas medidas, presentadas en el Plan Presupuestario 2022 enviado a la Comisión Europea, centradasen una "profunda" reforma fiscal de la tributación española; o, lo que es lo mismo, una fuerte subida de impuestos a toda la ciudadanía española, centrados en el impuesto de Sociedades, los planes de Pensiones y las tributaciones de autónomos.
Un 'hachazo' a los bolsillos de los ciudadanos que, sin embargo, no es nuevo: y es que ya en 2021, el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias establecía una brutal subida de impuestos que ha engordado las arcas del Gobierno en más de 1.100 millones de euros en los diez primeros meses del año.
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Así pues, el incremento del IVA a las bebidas azucaradas, del 10% al 21%, ha provocado que el Gobierno ingrese los más de 240 millones de euros en los diez primeros meses del año. Una cantidad muy semejante a la recaudada por el Ejecutivo gracias a la 'tasa Tobin', que rozaba los 237 millones en el mismo periodo de tiempo, a pesar de que las previsiones oscilaban cerca de los 850 millones. Tampoco se acerca la cifra recaudada por la 'tasa Google',de 95 milloes de euros, a los 1.200 planeados en un principio.
El Impuesto de Sociedades, y en concreto, el nuevo tipo mínimo para las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria ha supuesto una recaudación de 55 millones de euros, siendo el aumento en el impuesto sobre las primas de riesgo la más 'beneficiosa' para las arcas públicas: y es que, gracias a la subida de dos puntos porcentuales en el impuesto, el Ejecutivo ha conseguido embolsar 391 millones de euros.
Dinero para el nacionalismo
En total, más de 1.100 millones de euros recaudados por el Gobierno en menos de un año que, sin embargo, no han tenido un reflejo en el bienestar general de la ciudadanía española... sino en el propio bienestar del Gobierno de España.
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Y, en concreto, del presidente socialista, quien, a la vez que ha aumentado los impuestos, y los aumentará el próximo año, a todos los ciudadanos españoles, sigue prometiendo inversiones y gasto público en Cataluña y el País Vasco de forma desproporcionada, siendo estas promesas un claro 'pago' del socialista a cambio del apoyo de los nacionalistas a su Gobierno en las Cortes Generales.
Unos pagos que, a su vez, son aprovechados, pincipalmente en la autonomía catalana, para financiar 'chiringuitos' y entidades independentistas, fomentando así el sentimiento de secesión y odio a España... con los propios recursos económicos del país, siendo los ciudadanos españoles los que acaban 'pagando' de sus bolsillos los caprichos de los nacionalistas catalanes.