La salida de Pablo Iglesias del Gobierno de coalición, y el baile de nombres que se han sucedido, tanto en los ministerios socialistas, como en la directiva de la formación morada, han llevado a Pedro Sánchez a sentarse y organizar a su numeroso equipo de Gobierno para evitar duplicidades de responsabilidades que acaban contradiciéndose ante los medios de comunicación.
Una tarea complicada, ya que el Ejecutivo del presidente socialista es el segundo más amplio de la historia democrática de España, tanto en ministerios, como en nombramiento 'a dedo' de altos cargos, asesores y personal eventual que forman parte de los distintos gabinetes de presidente y ministros.
Una larga lista de puestos 'a dedo' que, según el 'Avance del Presupuesto de Gastos de Estado' al que ha tenido acceso OKDiario, en lo que va de año, se han destinado 31 millones de euros a cubrir los salarios de estos altos cargos, y 20,9 a los del personal eventual. Casi 52 millones de euros en total en apenas seis meses de 2021.
Una cifra que, durante el peor año de la pandemia, en 2020, ascendía hasta los 130,6 millones de euros; cifras astronómicas de gasto del Ejecutivo de Sánchez en expertos, consejeros y asesores que, sin embargo, no fueron suficientes para preveer las consecuencias del virus en el país, ni de establecer una estrategia nacional durante la pandemia.
Ni Sánchez ni los suyos se tocarán el sueldo
Pero la pandemia del coronavirus no sólo significaba en España la puesta en evidencia del Gobierno, sin capacidad para hacer frente a la crisis sanitaria y social, sino que también traia consigo una crisis económica casi sin precedentes en el país.
Una crisis económica que también se ha producido en otros países de Europa, donde los líderes, convirtiéndose en ejemplos a seguir, han decidido reducir sus salarios, e incluso a renunciar a ellos, destinándolos a ayudar a los ciudadanos más necesitados.
Un gesto que no repetirá Pedro Sánchez quien no ha querido pronunciarse sobre una posible reducción de su salario en esta crisis económica; tampoco lo harán sus asesores o ministros, demostrando no sólo que el Gobierno actual es uno de los más numerosos de la Democracia, sino también uno de los más avariciosos.