El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont sigue adelante con su idea de crear un nuevo partido político que se llamará 'Junts, per Catalunya'.
Sin embargo, el independentismo podría verse muy perjudicado ya que se está poniendo en riesgo la mayoría absoluta. Los votos separatistas se divirán ahora en cinco formaciones. (¡¡Habrá otoño caliente en Cataluña!! Puigdemont decide la fecha que más le conviene para las elecciones)
En las últimas elecciones, JxCat, Esquerra Republicana y la CUP se repartieron los votos independentistas. 948.000 para los de Puigdemont, 935.000 para los de Junqueras y 195.000 para los antisistema.
Ahora, en las elecciones autonómicas que se celebrarán este año, habrá cinco partidos que pondrán en serio peligro la mayoría absoluta separatista. Estos son JxCAT (controlado por el PDeCat), ERC, la CUP, PNC y Junts, per Catalunya.
Según los expertos, los dos millones de votos independentistas de las últimas elecciones seguirán apostando por estos partidos por lo que la estrategia de Puigdemont resta más que suma.
El separatismo podría perder la mayoría parlamentaria (aunque mantendría la mayoría social) por la Ley d’Hondt, el método que se sigue en Cataluña para asignar escaños.
Por ello, ante la posibilidad de hundir al independentismo, Carles Puigdemont está dudando si presentarse a las elecciones autonómicas de este 2020 como cabeza de lista.
Si el independentismo no da un paso adelante se tambaleará toda su estrategia y volverán a la casilla de salida. De esta forma, se pondrá fin a la pesadilla independiente que ha empobrecido a Cataluña y que ha causado tanto malestar en el resto de España. (Los planes de Puigdemont, al descubierto: ¿Tendrá morro para presentarse a presidente de la Generalitat?)
El independentismo, muy fracturado
El independentismo está más dividido que nunca ya que Esquerra Republicana y JxCat están enfrentados. También hay confrontación entre los que apoyan a Carles Puigdemont y el PDeCat, que no ha querido fusionarse con el expresidente catalán.
Por lo tanto, los partidos políticos independentistas tienen unos meses (hasta que se celebren las elecciones autonómicas) para decidir si unirse de nuevo para ser un bloque sólido o si mantener la división y arriesgarse a perder la mayoría parlamentaria.