España fue el primer país en el que el feminismo inició una cruzada contra el ‘alquiler de vientres’. Otros 17 países se han unido a esa batalla para terminar de prohibir esa práctica extendida por el mundo.
La semana pasada, ONGs de feminismo en España, lanzaron una campaña contra el alquiler del vientre de una mujer. Se han unido ya 250 organizaciones, distribuidas en 18 países del mundo, que exigen la prohibición internacional de la maternidad subrogada.
Práctica extendida
La petición del feminismo ha sido esa acerca de una práctica muy extendida, por todos los rincones del mundo, y que quieren acabar con ella de raíz. En España se inició esa campaña con la ayuda de jefes del Estado y Gobierno y hasta 17 países se han unido a ello en una cruzada mundial contra el alquiler de vientres.
"Es explotación reproductiva de las mujeres que convierte a los recién nacidos en objeto de transacción contractual y comercial", comentan desde la Red Española del feminismo.
Varias agencias de Naciones Unidas también promueven la gestación altruista y ya han sido advertidas para que les quiten los fondos, como comentan las distintas organizaciones de feminismo.
17 países más se unen
Esa modalidad, actualmente, no existe ya que se exige la firma de un contrato, la renuncia de la madre a derechos fundamentales y establece compensaciones, tal y como comentan partes del feminismo. A España se le han unido ante esa lucha por evitar los vientres de alquiler, distintas organizaciones de Francia, Suecia, Italia, Reino Unido, Bélgica, Alemania, Holanda, Canadá, Estados Unidos, Australia, México, Argentina, Perú, República Dominicana, India, Tailandia y Camboya.