El fascismo indepe se extiende como un cáncer: los espías del recreo ahora son espías del autobús

Plataforma per la Llengua ha conseguido que el fascismo vuelva a estar presente, ahora, en los autobuses de TMB en Barcelona.

09 de Enero de 2022
El fascismo indepe se extiende como un cáncer: los espías del recreo ahora son espías del autobús
El fascismo indepe se extiende como un cáncer: los espías del recreo ahora son espías del autobús

"Esta metástasis solo la pararemos yendo todos juntos en la insumisión y la desobediencia. En las escuelas, en la calle y en las instituciones". Con estas palabras, el diputado de Puigdemont Salvador Vergés aseguraba, en su cuenta de Twitter, que el uso del castellano en Cataluña es un "cáncer" para la sociedad catalana.

Sin embargo, el verdadero 'cáncer', no sólo para los ciudadanos catalanes, sino para todos los españoles, es el fascismo con el que actúa el independentismo catalán, obsesionado por marcar las diferencias sociales entre la 'raza catalana' los 'españolistas'.

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Obsesión que, ahora, han vuelto a demostrar en el servicio público de transportes de Barcelona, donde los independentistas han impuesto la lengua catalana, tanto a los usuarios del transporte, como a los conductores de los autobuses.

Así pues, la Plataforma per la Llengua, la institución independentista financiada con dinero público de la Generalitat, ha hecho que la empresa pública de transportes en autobús de Barcelona, Transports Metropolitans de Barcelona  (TMB) incluya en sus bases de contratación que los conductores no solo entiendan en catalán, sino que lo hablen con fluidez.

"Compromiso" con el fascismo catalán

Hasta ahora, las bases del concurso púbico para ser conductor de la TMB contemplaban como requisito saber hablar en castellano, y entender el catalán. Una cuestión que, para la institución independentista, era "muy grave", ya que suponía un nuevo ejemplo del "supremacismo castellano, según el cual sólo los castellanohablantes deben poder ser hablantes de pleno derecho".

Obsesión por incluir, aunque sea con calzador, la lengua catalana en todos los ámbitos públicos, que ha llevado a la empresa de transportes de Barcelona a modificar sus bases de contratación, estableciendo ya que en el proceso de selección de 250 nuevos conductores que todos los aspirantes deben entender y hablar el catalán.

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Un cambio que ha sido del agrado de la entidad catalanista, que no ha dudado en mostrar su satisfacción ante la nueva victoria fascista del independentismo, que volverá a ir en detrimento, no solo de la libertad de contratación, sino también de muchos usuarios del transporte público catalán. 

"El catalán es la lengua vehicular que utilizamos en nuestras relaciones y en la atención con la ciudadanía" han explicado ahora desde la empresa pública, a través de una carta abierta, en la que "reiteraban" el "compromiso de TMB con la lengua de Cataluña".