Buscador. Nueva ventana de incógnito.
Estos dos pequeños pasos son los que muchos usuarios realizan día a día para acceder a páginas de pornografía, con el objetivo de estar más 'seguros' de que las páginas a las que van a acceder quedarán 'ocultas' a los demás.
Sin embargo, una investigación llevada a cabo por expertos de Microsoft, Carnegie Mellon y la Universidad de Pensilvania han comprobado que un gran porcentaje de estas páginas de contenido sexual tienen trackers (cookies), es decir, estas páginas almacenan nuestros gustos sexuales en la red.
Según 'The New York Times", más de un 90% de estas páginas almacena nuestra información, y la envía a grandes corporaciones como Google (a través de su subsidiaria DoubleClick), Facebook y Oracle.
Ni siquiera el 'modo incógnito' nos libra de este 'espionaje' de nuestros gustos más intimos, a pesar de que esta información no salga reflejada en la publicidad online que recibimos posteriormente.
Información sensible al descubierto
"El hecho de que el mecanismo de seguimiento de usuarios en las páginas webs de adultos sea tan similar a, por ejemplo, la manera en la que trabaja el comercio minorista online debería de ser una gran señal de alerta. Esto no es haber visitado un suéter y ver cómo te aparece en anuncios de otras páginas web. Esto es mucho más específico y profundamente personal" ha afirmado Elena Maris, científica de Microsoft.
A pesar de que las cookies, según los expertos, están destinadas a ofrecer un contenido más afín a los gustos del usuario, la realidad es que solamente un 17% de las páginas web de pornografía encriptan su información, por lo que los usuarios de este tipo de webs se encuentran en una situación vulnerable frente a los 'espías de incógnito' que ven nuestro paso a paso en la web.