El Real Madrid tiene un problema “gordísimo” con Eden Hazard... y nunca mejor dicho.
El belga, sin reparo alguno, anunció que en vacaciones come lo que le da la gana y acude frecuentemente a la despensa para sobrepasar los 80 kilos.
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En esa ‘desconexión’ empezó el principio del fin para el de Bélgica. Zidane, desesperado, trató de remediarlo, pero fue demasiado tarde.
Empezó torcida la temporada de Hazard y cuando parecía haberlo erradicado y mostrar su mejor versión, aunque sin puntería de cara al gol, cayó lesionado.
Un asistente para su alimentación
Meunier le hizo un entradón y a partir de ahí todo fue cuesta abajo... Volvió a repetirse cuando regresó ante el Celta, a velocidad de crucero, y volvió a quedarse K.O ante el Levante por otra patada dura.
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El Madrid sabe que el inicio fue malo y desde entonces, para llegar en su peso justo, le puso un vigilante que le controlase día a día en las comidas.
Una especie de asistente personal para su alimentación y que funcionó ya que Hazard no volvió a mostrar las lamentables imágenes de su estado físico.
Seguirá con él para llegar a tono
Hazard empezó con él tras ver las críticas más ácidas del madridismo en el tramo final de 2019.
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Llegó a tope y por desgracia cayó lesionado. Desde entonces no ha vuelto a descuidarse gracias a esa labor de ‘control’.
El Madrid lo pone a su predisposición y le aconseja, nuevamente, que no se descuide en su forma física.