Antoni Monguilod (74 años) es un electricista jubilado y vecino de Malgrat de Mar (Barcelona) que desde hace años padece Parkinson y atrofia multisistémica.
Recientemente ha sufrido un empeoramiento de su estado de salud y es totalmente dependiente a la hora de hacer cualquier movimiento.
Por este motivo, porque no quiere ser una molestia para su mujer, Magdalena, que le cuida 24 horas al día, quiere morir con dignidad antes de que su deterioro sea mayor.
Según explica el propio Antoni, tal y como podéis ver en el vídeo que os mostramos a continuación, se trata de una decisión, la de “poder irme”, muy meditada.
“No me dejaron poner en el testamento que me ayudaran a morir cuando no pudiera valerme por mi solo”, explica Antoni, que quiere que su caso sirva para que las leyes sobre la eutanasia cambien de una vez.
Antoni explica que su mujer ni nadie tenga problemas con la justicia (el suicidio asistido es un delito castigado con penas de hasta diez años de prisión).
El caso de Antoni está empezando a tener cierta resonancia y Antoni, aunque no es del todo optimista, confía en que su sufrimiento y su demanda sirvan para despenalizar la eutanasia.