El entorno 'turbio' de las hijas de Putin: palizas en carretera, relación con la KGB, negocios...

La descendencia de Putin, señalada por la comunidad internacional

12 de Abril de 2022
El entorno 'turbio' de las hijas de Putin: palizas en carretera, relación con la KGB, negocios...
El entorno 'turbio' de las hijas de Putin: palizas en carretera, relación con la KGB, negocios...

El halo de misterio que acompaña a Vladimir Putin allá donde va también se extiende a su familia. Poco o nada se conoce del círculo más cercano del enigmático líder ruso, que lleva durante muchos años comandando al país desde un trono al que ninguno puede llegar. Ni siquiera su propia familia, que parece no existir a los ojos de la opinión pública.

Las sanciones que la comunidad internacional está imponiendo a Rusia están despertando la curiosidad y el interés por numerosos nombres que podrían estar relacionados directamente con el presidente de Rusia. Estados Unidos, uno de los países antagónicos y que mayor dureza está mostrando en sus castigos, cree haber localizado a la familia de Vladimir Putin.

Desde la Casa Blanca consideran que "gran parte de los activos de Putin están ocultos entre los miembros de su familia, y por eso se han convertido en nuestro objetivo". Este cambio de rumbo, destinado a inmovilizar la mayor cantidad de activos posibles, tanto de Rusia como del propio Putin, ha traído nuevas sanciones a dos personas: Maria Vorontsova y Katerina Tikhonova.

A pesar de poseer apellidos sin relación con Putin, la Casa Blanca considera que estas son las hijas del presidente, especialmente tomando en cuenta unas escuetas declaraciones que el propio Putin realizó en una rueda de prensa: "Mis hijas viven en Rusia y han estudiado solo en Rusia. Estoy orgulloso de ellas". Aunque jamás ha reconocido públicamente que las dos personas sancionadas sean sus hijas.

Teóricamente, Putin habría tenido descendencia con una antigua azafata de Areoflot, Ludmila Putina. Ambos se habrían casado en 1983, prolongando su enlace hasta el año 2014. De esta unión habrían nacido Maria Vorontsova y Katerina Tikhonova, cada una viviendo "su propia vida" y sin relacionarse con su supuesto padre.

Uno de los asuntos más turbios que rodean a Maria Vorontsova están relacionados directamente con su exmarido. Vorontsova es una pediatra endocrinóloga, forma parte de una de las instituciones médicas de élite, dedicada a la investigación del más alto nivel. Lo más curioso es que, de la lista de 17 miembros, su entrada es la única carente de una fotografía identificativa. Su exmarido, por el contrario, parece estar relacionado con asuntos bastante más oscuros.

Jorrit Faassen fue directivo y uno de los mejores trabajadores de Gazprom, la empresa de gas ruso más reconocida en todo el mundo. En un viaje por carretera, cuando todavía estaba casado con Vorontsova, Faassen sufrió un accidente de tráfico con Matvei Urin. El banquero, Urin, mandó a sus guardaespaldas a por Faassen, quien sufrió una tremenda paliza que le provocó severas heridas en la cabeza. La Justicia rusa finalmente le echó el guante a Urin y sus guardaespaldas, a quienes fue aumentando la pena de prisión hasta llegar a los 15 años y medio de cárcel.

Katerina Tikhonova ha preferido centrar su carrera en el mundo artístico. Conocida internacionalmente por sus trabajos como bailarina, las influencias de su supuesto padre en Rusia habrían garantizado uno de los mejores escenarios para las prácticas danzatorias de su hija, al mismo tiempo que los empleados y entrenadores de Tikhonova estarían amedrentados y no podrían confirmar "conocer a la hija del señor Putin". La implicación de Tikhonova en el ámbito universitario también ha sufrido las injerencias de su supuesto padre: cuando ella lideró un proyecto de 1.440 millones de euros de dinero público para ampliar el campus, Tikhonova recibió alegremente consejo de dos oficiales de la KGB que habrían servido con su padre durante los años 80. Todo quedaba en familia.