Las carreteras por las que discurre el Tour de Francia suelen estar tatuadas con nombres de ciclistas o algún que otro dibujo para animar un poco el asfalto.
Durante décadas ese ha sido el procedimiento a seguir por los aficionados que acuden a ver a los ciclistas de la ronda gala pero algo ha cambiado en esta edición.
En la presente edición de la ronda gala, los aficionados aprovechan los días previos a las etapas para pintar sobre el asfalto penes de gran tamaño.
Esto no ha hecho ninguna gracia a los organizadores ya que les obligan a 'camuflar' dichas pintadas del asfalto antes de que el pelotón pase por ese lugar.
Trabajo duro y diario
Cada mañana, con un cubo de pintura, un par de rodillos y una furgoneta, cuidan de que todo esté en orden y que no aparezcan penes por las televisiones.
La dificultad para borrarlo ha hecho que los organizadores de la vuelta ciclista más famosa del mundo hagan otro dibujo encima para que no se vea nada del pene.