Bertín volvía con su programa, 'Tu casa es la mía', con un invitado muy especial y querido en la cadena.
Jorge Javier abría las puertas de su casa para hablar abiertamente sobre su intrépida vida. Se hicieron dos grabaciones, la segunda hace apenas unos días, en las que Jorge hacía un repaso a todo lo que le ha pasado desde el mes de marzo. (Emoción, miedo y fracaso: Las confesiones de Jorge Javier (y Belén Esteban) en su regreso al Deluxe)
La percepción de Jorge Javier sobre su padre
El padre de Jorge Javier murió a los 59 años de un tumor, algo que comentaba Jorge con tristeza. El presentador le contaba a Bertín que le daba rabia que se hubiese ido tan pronto porque no han podido disfrutar como querían el uno del otro. Contó que le hubiese encantado llevárselo de viaje, a cenar, tener charlas divertidas...
Confiesa que fue muy duro con él. "Siempre fue muy duro conmigo y yo siempre tuve la sensación de que le defraudaba", decía Jorge. Tuvo un acercamiento con el Opus Dei en el momento que sus padres le cambiaron de colegio.
Su padre nunca llegó a aceptar su condición sexual, quizás también porque eran otros tiempos y otra época muy distinta a la de ahora. Era de esos hombres que "prefería un hijo muerto antes que maricón", y confiesa que entiende aquella mentalidad y que no le guarda rencor alguno. (¡¡Jorge Javier Vázquez se reconcilia con su ex tras estar al borde de la muerte!!)
Recuerda como murió. Fue todo muy rápido. "Estábamos todos en torno a la cama, de repente se incorporó, abrió los ojos, y pum. Y me fui a darle un beso. Hay una cosa que no se me olvida: Ese grito de mi madre que sale de las entrañas y la frase: ¡que se lo llevan, que se lo llevan!".
Los peores momentos laborales de Jorge
También quiso recordar los dos momentos más difíciles para él en televisión. El primero lo vivió en 'Aquí hay tomate', para él fue un alivio cuando le comunicaron que el programa llegaba a su fin.
Y el segundo fue durante una época de 'Sálvame' en la que creía que el programa había perdido su esencia inicial y el humor. Incluso hubo un tiempo que no quería ni siquiera ir a trabajar, solo huir y escaparse a Nueva York o Buenos Aires. "Los domingos por la tarde lo pasaba fatal", aseguró Jorge.