En 2017, a los 14 años, murió Samantha, una perrita coton tuléar a la que Barbra Streisand quería como una hija.
La cantante no se veía sin Sammy, así la llamaba, y por eso decidió que la clonasen guardando el ADN de su querida mascota.
De esas muestras de ADN procedentes del estómago y de la boca nacieron Miss Violet y Miss Scarlet, dos cachorros idénticos a su madre Samantha que junto a Miss Fanny, la sobrina, forman una bonita familia.
Tal y como os mostramos a continuación, Streisand inmortalizó a sus mascotas con una foto en la tumba de Samantha.
La clonación de Samantha le costó a la cantante y actriz 100.000 dólares, y es que para Barbra quedarse sin su querida perrita no era una alternativa.
De este modo, a través de sus dos clones, Samantha sigue de algún modo con su dueña.
En las redes sociales hay división de opiniones: unos entienden el sentimiento de la artista, otros opinan que la decisión de Barbra roza la locura. ¿Y tú qué opinas?