El día que Tito Vilanova descubrió el lado oscuro de su "amigo" Pep Guardiola

Tito Vilanova murió sin perdonarle a su antiguo amigo Pep Guardiola que pasase de él en Nueva York cuando fue hasta allí para someterse a un tratamiento para el cáncer que acabó con su vida.

19 de Enero de 2021
El día que Tito Vilanova descubrió el lado oscuro de su "amigo" Pep Guardiola
El día que Tito Vilanova descubrió el lado oscuro de su "amigo" Pep Guardiola

Pep Guardiola acaba de cumplir 50 años. Medio centenario repleto de luces, pero también con alguna sombra. 

Al margen de disfrutar de un privilegiado contrato millonario (22 millones de euros anuales) del club de un jeque árabe del país que ha acogido al rey emérito Juan Carlos I, que poco o nada le gusta a Pep, otro asunto oscuro empaña su historial.

Se trata del final de su convivencia con Tito Vilanova, su sucesor en el banquillo del Barça, un íntimo amigo suyo cuya relación acabó como el rosario de la aurora.

Tito estaba enfermo, padecía un cáncer terminal, y acudió a una clínica especializada de Nueva York en busca de ayuda. Por aquella época Guardiola residía en un lujoso ático en Central Park.

Ni amigo ni allegado de Tito Vilanova

Acudió allí tomándose un año sabático con la intención de perfeccionar su inglés y entrar en contacto con el estilo de vida norteamericano.

Tito Vilanova avisó a su amigo de que iría a Nueva York a someterse a un tratamiento, pero Pep no se dignó a visitarle. No quiso saber nada de él. Y Tito no se lo calló. En ese momento Tito necesitaba del calor de su amigo, de su consuelo y sus ánimos. Pero su amigo le falló.

Y la imagen de Guardiola quedó por los suelos, hasta el punto de que, tras su muerte, la viuda de Tito Vilanova se negó a que Guardiola acudiera al entierro, un privilegio que quedó reservado para los más allegados.

Y Pep ya no era ni amigo ni allegado de Tito Vilanova. Así se lo hizo saber su viuda cuando en otro viaje a Nueva York se lo cruzaron en la Quinta Avenida. Testigos presenciales de ese encuentro hablan de los gritos desgarradores con los que la viuda de Tito le recordó a Guardiola que para la familia Vilanova, él ya no existía.