El 1 de julio de 1989, Pedro Delgado defendía el títulio en la primera etapa del Tour de Francia.
Sin embargo, la hora de la sallida de la prólogo en Luxemburgo llegaba, y Perico no estaba en la línea de salida, para la desesperación de todos los aficionados españoles, que no entendían dónde estaba el conocido ciclista, que había salido a calentar... y no había vuelto.
Muchos decían que, debido a su naturaleza despistada, se habría desorientado durante el calentamiento; una versión que él mismo contradecía, asegurando que era culpa del reloj que llevaba puesto.
"Sabía mi hora, y llevaba reloj, pero era un reloj de propaganda que nos habían dado los del banco, que en vez de manecillas normales tenía dos bes grandes, y en la esfera no estaban marcados los minutos, así que no era muy claro" reconocía el deportista.
"Tengo grabada la imagen de José Miguel Echavrri gritándome:¡Sal ya!" aseguraba, entre risas nostálgicas, el ciclista, que renoce no haber entendido el agobio de su equipo a su llegada al circuito "Al final, fui consciente de que llegaba tarde".
Un retraso que le costó el título
Debido a su retraso, el español no pudo hacer nada para evitar que el holandés Erik Breukink ganara la primera etapa. Sin embargo, lo que más lamenta fue su actitud posterior a este "despiste".
"Lo peor es que me descentró totalmente" reconoce el ciclista "Al día siguiente estuve haciendo tonterias durante la etapa, atacando donde no debía, quería remediar lo que había hecho y lo estaba empeorando. No dormí bien por la noche [...] Estaba descentrado. Hice el tonto. No estaba a lo que tenía que estar, perdí la concentración".
La concentración, y el Tour, aunque, por suerte para los nostálgicos y los aficionados, aquel día se ganó una anécdota de despiste inigualable.