El día que metieron mano y sobaron a Messi: La entrevista más incómoda de su vida

En 2005 concedió una entrevista a Gaston Ramone en donde fue sobado y manoseado. El único objetivo era meterle mano a aquella promesa que entonces sólo tenía 18 años.

29 de Diciembre de 2020
El día que metieron mano y sobaron a Messi: La entrevista más incómoda de su vida
El día que metieron mano y sobaron a Messi: La entrevista más incómoda de su vida

Leo Messi mide mucho sus apariciones públicas. No concede entrevistas y, cuando accede a una de ellas, se asegura de que le garanticen un masaje que le permita salir airoso del trance en un medio, ante las cámaras, en el que él nunca se ha encontrado cómodo.

Ayer concedió una entrevista a Jordi Évole para fijar su posición sobre el Barça y su futuro. En ella, entre otras cosas dijo:

-"Bartomeu me engañó en muchas cosas, sabía seis meses antes que me iba".

-"Antonella me insistió muchas veces para que vaya al psicólogo. Sé que lo necesito, pero nunca di el paso".

-"Sabía que si iba a juicio tenía la razón y me lo habían confirmado muchísimos abogados, no solo uno".

-"Pasaron muchos otros jugadores por lo de Hacienda y el trato no fue el mismo".

-"Hablo con Guardiola, pero no de mi futuro".

-"Siempre se ha dicho que mando yo, tanto aquí como en Argentina, pero eso está muy lejos de la realidad".

-"No he hablado con ningún candidato a la presidencia del Barça".

-"Hablo cada día con Luis Suárez y seguimos comentando cosas en el grupo de Whatsapp con Neymar".

-"Es imposible que fiche por el Real Madrid. Y por el Atlético también. No es una opción".

-"Me gustaría ser director deportivo y, ahí sí, poder traer los jugadores que yo quiera".

-"Quiero volver a vivir a Barcelona y estar vinculado al Barça de alguna forma por muchos años".

Pero no siempre fue así. Fue en 2005. Messi sólo tenía 18 años y accedió a algo que jamás aceptaría ahora: ser entrevistado por el grupo de Gaston Ramone. La entrevista, por llamarlo de alguna manera, pasaba por sobarle, manosearle y meterle mano por delante y por detrás. Messi no sabía nónde esconderse. Ahí pasó el peor momento de su vida, peor que ante cualquier defensa central con malas intenciones. Juzguen ustedes.