Sucedió en mayo del pasado año 2017. Ese fue el día en el que José Luis Martínez-Almeida cantó las cuarenta a la 'casta' de Podemos.
El ahora alcalde de Madrid intervino aquel día durante el Debate sobre el Estado de la Ciudad, en el marco previo a la moción de censura impuesta por el partido morado contra Cristina Cifuentes, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid.
Para rebatir a los podemitas, Almeida no dudó en sacar a relucir todos los chanchullos de sus diputados autonómicos. Y no dejó títere con cabeza.
Aquel día, calificó a numerosos miembros del partido que lidera Pablo Iglesias como "pederastas, narcotraficantes, agresores y terroristas".
Los enumeró de uno en uno
El alcalde de la capital de España fue nombrando uno por uno cargo y delito que se le había imputado antes o después, juzgado o no. Y el destrozo fue brutal.
Al aire quedaron las miserias de todos los podemitas que sacaban pecho de su honestidad y criticaban a los populares por sus supuestas irregularidades al frente de la Comunidad.
A Almeida se le hincharon las narices y no toleró más comentarios generalizados sobre todos los miembros del PP.
Desde ese día, el alcalde de Madrid pasó a ser persona non grata para la izquierda radical.