El día después: Cómo será la vuelta a la vida normal

Así será el regreso a la normalidad una vez superada la cuarentena.

El día después: Cómo será la vuelta a la vida normal
El día después: Cómo será la vuelta a la vida normal

Todos tenemos idealizado el momento en el que el confinamiento toque a su fin y podamos recuperar nuestra vida habitual de siempre. ¿Cómo será la vuelta a la normalidad?

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha dado las primeras pistas: el fin del confinamiento se llevará a cabo de manera "gradual" y por territorios, dependiendo de la afectación que haya en cada autonomía. De hecho, el confinamiento puede levantarse aunque continúe el estado de alarma decretado a consecuencia de la expansión del coronavirus en España.

Los planes de Italia

Barbón no cree en un "levantamiento automático" del estado de alarma, sino que se llevarán a cabo medidas progresivas para "evitar riesgos" y nuevos contagios. Y algo sabemos ya de las previsiones en Italia: los bares serán los últimos en levantar sus persianas y abrir al personal. (Este eminente virólogo chino advierte a Europa: ¡¡Las mascarillas sí son necesarias para acabar con el coronavirus!!)

El plan italiano pasa por mantener la distancia de un metro entre los ciudadanos y proseguir con el uso de la mascarilla en lugares públicos una vez superado el confinamiento y permitido pisar la calle. Al coronavirus no se le vence de la noche a la mañana, el riesgo de contagio siempre estará presente y la normalidad total no se alcanzará hasta pasados unos meses... siempre y cuando no se produzcan los rebrotes que temen los más puestos en el tema.

En Italia, en donde llevan dos semanas de adelanto respecto a España, está previsto que si la curva confirma los primeros indicios decrecientes, el retorno a la actividad será progresivo. No se verá el fenómeno de puertas abiertas y todo el mundo a la calle. Los bares y restaurantes permanecerán cerrados hasta primeros de mayo, así como los comercios que no sean de primera necesidad.

La tasa mínima de contagio

Los límites que se aplicarán para poner fin a la cuarentena están fijados en la tasa el 0, 7% de contagios sobre 1.000 habitantes, una cifra diez veces inferior al nivel que actualmente padece España. Una vez llegados a este supuesto, que las previsiones más optimistas fijan en un plazo de tres semanas, las autoridades delimitarán con precisión los movimientos que podrán realizar los ciudadanos. (Dos meses antes de la pandemia: ¡¡El vídeo que abochorna al Gobierno por el coronavirus!!)

Y seguirán prohibidas las grandes concentraciones: ni discotecas, ni eventos, ni espectáculos ni deportes de masas... La vida volverá paulatinamente a la normalidad, pero el contacto entre las personas seguirá vetado durante meses. Es posible, por ejemplo, que se reanuden las competiciones deportivas, pero absolutamente inviable que el calendario que queda pendiente pueda cerrarse con público en los estadios. De hecho, cuesta creer que, en el mejor de los casos, la próxima temporada se ponga en marcha con público en las gradas.

Se mantendrán las distancias

Y es que, aún superado el periodo de emergencia, habrá que seguir manteniendo las distancias en bares, restaurantes, gimnasios, peluquerías... Es decir, nada volverá a ser igual. Y se perderá el concepto de relaciones sociales tal y como se han entendido hasta ahora. Se trata de evitar rebrotes y nuevos contagios una vez superada la crisis.

Por tanto, ni saldremos todos en estampida cuando nos permitan abrir la puerta, ni podremos reencontrarnos con familiares y amigos como habíamos hecho siempre, ni podremos viajar alegremente al destino del mundo que más nos apetezca, ni podremos ir a cualquier restaurante, ni volver al trabajo como si nada hubiera pasado. Y es que el panorama laboral variará sustancialmente. Las pérdidas que está ocasionando esta pandemia dejarán muy tocado el tejido laboral, con una pérdida de producción brutal y un aumento desproporcionado del paro. (El durísimo pronóstico de un experto sobre la pandemia: ¿Cuánto durará y cuántas personas 'caerán' con el coronavirus?)

El confinamiento nos ha cambiado. Gabriela Martínez Castro, especialista en trastornos de ansiedad, sostiene que “muchos vículos se verán reforzados pero otros tantos se romperán así como habrá mucha gente que se plantee el estilo de vida que venían llevando. Es muy probable que la gente empiece a invertir en valores vitales y decida rumbos en la vida que se planteó durante la pandemia”.

Problemas de ansiedad y depresión

Y lo que es seguro es que los médicos deberán afrontar nuevos problemas: el repunte desproporcionado de casos de ansiedad y depresión en millones de personas que no acabarán de asimilar que las pautas que rigen su vida han cambiado.

La cuarentena no suprime la pandemia. Sólo reduce la velocidad del contagio. Y un nuevo brote en próximas fechas podría acelerarlo, lo que resultaría fatal. En Wuhan, el origen de todo, la gente empieza a salir a la calle recuperando el pulso de la vida habitual hasta el estallido de la pandemia.

Las salidas se han producido de forma gradual. Primero han salido los niños, luego los adultos y finalmente los mayores de 70 años, los de mayor riesgo. Cualquier precaución es poca en el gran objetivo de recuperar la rutina. Nunca podrá decirse "como si nada hubiera pasado". Porque ha pasado y ha sido y es terrible. Pero nuestra 'normalización' pasa por volver a la normalidad cuanto antes. Sin prisa, pero sin pausa.

El final de la cuarentena no va ligado a fiestas y jolgorios, sino al propósito común de reconstruir una sociedad que se ha roto.