Quien fuera presidente del Partido Nacionalista Vasco entre enero de 2008 y diciembre de 2012 tuvo un pasado como maestro y es que antes de adentrarse en el mundo de la política, estuvo relacionado con la educación.
Asimismo, también era bastante deportista. Como podéis leer en el titular tuvo su pasado como futbolista. Es verdad que no fue afamado, ni mucho menos, pero si le gustaba practicarlo de manera amateur. De hecho, era un sueño que siempre tuvo: llegar lejos en el deporte rey.
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No obstante, el fútbol está bastante presente en su vida, debido a que su mujer, Lucía Arieta-Araunabeña, es hija de un famoso jugador. Con ella lleva cerca de 40 años de relación y lo cierto es que a ella no le gustan muchos las cámaras.
Es una persona bastante discreta y siempre que puede se aleja de los focos. Su padre es Eneko-Arieta, uno de los delanteros más míticos del Athletic Club de Bilbao. Este ariete falleció el pasado 27 de diciembre del 2004.
Una relación que durará para toda la vida
Esta afirmación se puede hacer si se tiene en cuenta que Iñigo y Lucía llevan más de 35 años juntos. Como curiosidad, se conocieron mientras realizaban un curso intensivo de magisterio.
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Ella, que es muy tímida, se ponía nerviosa siempre que lo veía. De hecho, una amiga en común le explicó al futuro político que no pasaba de él porque no le gustase, sino por todo lo contrario.
Tal vez, uno de los motivos por los que Lucía no aparece tanto en escena, es porque ha dado prioridad a los tres hijos que ha tenido junto a Iñigo. Además, como anécdota, su hija Malen se ha dedicado a la política y es concejala en Durango, que es un pueblo del País Vaco.